La danza planetaria en el cielo tiene frecuentemente un reflejo ‘literal’ en la tierra. El final de la cuadratura entre Júpiter en Leo y Saturno en Escorpio tiene su espejo mundano en la muerte de Cecil, un león grande y bello que con su melena oscura se había convertido en insignia de Zimbabue. Seguir leyendo Sobre la muerte de un león
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La agenda astrológica de gobiernos y multinacionales
¿Tienen los gobiernos y las multinacionales una agenda basada en la astrología? Me temo que sí, a la vista de las grandes decisiones que se ha filtrado que están a punto de tomarse, con la perspectiva de la conjunción de Júpiter y Saturno en 2020.
Ambos planetas, los mayores del septenario clásico, trazan el gran marco ideológico (también religioso) y económico que gobierna el mundo en ciclos de 20 años, supeditados a ciclos de unos 240 años en cada elemento (Fuego, Tierra, Aire y Agua). Nos hallamos ahora al final de un gran ciclo de Tierra, que ha consagrado la ideología (Júpiter) y estructuras (Saturno) materialistas (Tierra) desde principios del XIX, tanto en la ciencia como en lo socio económico (desarrollo industrial y acumulación). Seguir leyendo La agenda astrológica de gobiernos y multinacionales
Triple danza en Géminis: Sol, Mercurio retrógrado y Marte
Estos días tenemos Mercurio y Marte acompañando al Sol en Géminis (herman@s, movilidad, transportes -viajes y comercio-, documentos y comunicación verbal y escrita). Mercurio, estacionario (‘detenido’) el día de la Luna nueva del 18 de mayo, ha efectuado la retrogradación en su propio signo desde ese día hasta el estacionamiento de hoy y vuelta al movimiento directo de esta misma noche, ya 12 de junio, a partir de las 00:33 CEDT (hora central europea de verano). Pero todavía quedan unos días con un Mercurio (conversaciones, documentos, firmas, información, informática, adolescentes, alumn@s) muy lento, aunque directo y hasta el 25 de junio no recupera su rapidez habitual. Veamos algunos hechos de naturaleza geminiana que se vienen sucediendo estas semanas, unos más evidentes que otros y que están representados en este trío danzante. Seguir leyendo Triple danza en Géminis: Sol, Mercurio retrógrado y Marte
San Romero de América

Hoy, sábado 23 de mayo, es jornada de reflexión electoral en España. También hoy se celebra en El Salvador la beatificación de Monseñor Óscar Romero, tras ser reconocido por el Papa Francisco como “mártir de la Iglesia y de los oprimidos”. No practico la religión católica, pero hay figuras que trascienden las instituciones terrenales. Quizá recordar a Monseñor Romero, incluso desde el laicismo, contribuya a que en nuestra reflexión escojamos a representantes de la ciudadanía que favorezcan la compasión y la ayuda solidaria a los pobres, por justicia y no por caridad. Quizá sea una ‘señal’ y la Luna que hoy y mañana transita el signo de Leo, ocupado por el benéfico Júpiter, nos ayude a poner el acento en la dignidad (Leo) y en el bienestar común (Júpiter).
Y es que la Luna en Leo de la beatificación parece describir al Arzobispo Romero, Ascendente Cáncer (regido y ocupado por la Luna) y Sol natal en Leo. Seguir leyendo San Romero de América
Nepal, una elección astrológica

El pueblo nepalí está atravesando tiempos terribles. A raíz de los dos grandes terremotos que se han sucedido el 25 de abril y el 12 mayo de este año, además de los 7.000 fallecidos, un cuarto de la población necesita asistencia humanitaria.
Encuentro la carta astral de Nepal en The Book of World Horoscopes de Nicholas Campion y leo que se trata de una elección astrológica para la coronación del difunto rey Birendra, elección que parece que solía hacerse para cada monarca. La fecha y hora elegidas fueron el 24 de febrero de 1975 a las 8:37 hora local, en Katmandú. Tenemos, pues, una hora exacta, cosa muy poco frecuente en el trabajo astrológico, que tanto se complica por la habitual vaguedad de los datos. Seguir leyendo Nepal, una elección astrológica
El ‘misterio’ de Andreas Lubitz
Leo una idea que se repite estos días: “Nunca sabremos qué pasó exactamente por la cabeza de Andreas Lubitz” o “Consideremos estos sucesos como inconcebibles, no intentemos explicar lo que a veces, simplemente, no tiene explicación.” Es sensato y muy sano aceptar lo inevitable así como la idea de que los asesinatos en masa se seguirán produciendo por muchos controles que se desplieguen, pero creo que sí que podemos encontrar algo cercano a una explicación de la trama interior del joven Andreas Lubitz con las herramientas astrológicas. Seguir leyendo El ‘misterio’ de Andreas Lubitz
El final del invierno y el eterno retorno del ciclo solar

El signo de Piscis, el más acuático de los signos, señala el final oficial del invierno y la llegada a término de la cuarta y última fase del ciclo solar anual, que se corresponde con el elemento Agua. En Piscis se efectúa, por lo tanto, la desintegración de la forma (Agua) y la reunión con el Todo. Es el fin que precede al nuevo inicio en la antigua concepción circular del tiempo y del mundo.
Se trata del “eterno retorno” del que habló Mircea Eliade, el gran historiador de las religiones, nativo solar de Piscis. Esta “regeneración cíclica del tiempo” exige purificación, la eliminación de “demonios, enfermedades y pecados”, para que, efectivamente, el tiempo y el mundo se extingan y comiencen de nuevo en el estado más semejante al del inicio de los tiempos y su pureza original. Por eso, desde la antigüedad, este umbral se atraviesa con ritos y ceremonias de purificación, que varían de unos pueblos a otros, pero en las que frecuentemente encontramos ceremonias de “extinción y de reanimación del fuego, expulsión material de los demonios y las enfermedades por medio del ruido y ademanes violentos y en otras, la expulsión del chivo emisario en su forma animal o humana”. En resumen, se trata de la “abolición del año pasado”, del tiempo pasado y de “las faltas del individuo y de la comunidad en su conjunto”: la repetición del paso del caos (la desintegración de Piscis) a la cosmogonía, a la restauración del cosmos.

Todos estos elementos los encontramos en las fiestas de las Fallas de Valencia, que siguen el patrón de la celebración ancestral del final del año solar, aunque aparentemente se haya perdido la consciencia del sentido original de estas fiestas. Así, habiendo atravesado unos días de incesante ruido con las “mascletaes”, petardos, charangas y berbenas (expulsión de los demonios mediante el ruido), las Fallas terminan esta medianoche con la cremà (extinción mediante el fuego) de los monumentos falleros, plagados de ninots (chivo emisario) representativos -en principio- del lastre colectivo que hay que hacer desaparecer de cara a la primavera, al nuevo año, a la vida nueva. Ante los aparatosos monumentos modernos, prefiero los precedentes: las Fallas más antiguas conocidas consistían en residuos de la actividad laboral, artesana, amontonados junto con enseres viejos e inservibles, que se quemaban al final del invierno para hacer sitio a los nuevos: trastos nuevos, vida nueva. En mi opinión, sería deseable que se recuperara la consciencia del sentido original de estas fiestas, porque este rito, consciente y convenientemente organizado, realizado por todo un pueblo ha de tener, necesariamente, una enorme fuerza regeneradora.
Referencia bibliográfica: “El mito del eterno retorno”, de Mircea Eliade. Alianza Editorial (2002).