San Romero de América

Oscar_Romero_by_puigreixach San Romero de América
«Oscar Romero by puigreixach» de J. Puig Reixach / http://www.puigreixach.net/ – Trabajo propio. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons

Hoy, sábado 23 de mayo, es jornada de reflexión electoral en España. También hoy se celebra en El Salvador la beatificación de Monseñor Óscar Romero, tras ser reconocido por el Papa Francisco como “mártir de la Iglesia y de los oprimidos”. No practico la religión católica, pero hay figuras que trascienden las instituciones terrenales. Quizá recordar a Monseñor Romero, incluso desde el laicismo, contribuya a que en nuestra reflexión escojamos a representantes de la ciudadanía que favorezcan la compasión y la ayuda solidaria a los pobres, por justicia y no por caridad. Quizá sea una ‘señal’ y la Luna que hoy y mañana transita el signo de Leo, ocupado por el benéfico Júpiter, nos ayude a poner el acento en la dignidad (Leo) y en el bienestar común (Júpiter).

Y es que la Luna en Leo de la beatificación parece describir al Arzobispo Romero, Ascendente Cáncer (regido y ocupado por la Luna) y Sol natal en Leo.

Monseñor-Óscar-Romero-natal San Romero de América

El Ascendente en Cáncer lo configura como un protector, estando además la Luna en la Casa I en su propio signo. Cáncer es un signo asociado a la familia, sí, pero también a la universal, la que abarca toda la humanidad. Un religioso también es un ‘padre’ o un ‘hermano’. Cáncer es un signo relevante en algunos ejemplos destacados de defensores de principios humanitarios universales, como el Dalai Lama (Ascendente y Sol en Cáncer), Nelson Mandela (Sol y Júpiter en Cáncer) y ahora el mismo Papa Francisco (Ascendente Cáncer) que, a pesar de la suspicacia que puede despertar por encabezar la corrupta sede vaticana, es probable que esté realizando un esfuerzo genuino por regenerar la institución y la beatificación de Romero podría ser una muestra, cuando además parte del sector más conservador de la Iglesia se ha opuesto precisamente a esta beatificación; entre los opositores, el cardenal Rouco Varela.

En fin, no se trata solamente de los signos, claro está, sino cómo se disponen ángulos y planetas en esta carta. Encontramos Marte justo sobre el Ascendente, exiliado en Cáncer. ¿Qué significa aquí este exilio, esta ‘debilidad’ esencial? Marte significa individualismo, pero en Cáncer se debe a los demás; hay un grupo, grande o pequeño, que le necesita. Marte en Cáncer no es libre para hacer su camino, para ser independiente, ‘egoísta’. Leído de manera aislada, es un factor de frustración porque existiría también una sensación de ‘impotencia’. Pero he encontrado que, frecuentemente, Marte en Cáncer representa el trabajo por los desfavorecidos, por los ‘precarios’, por los dependientes, tanto de la propia familia como desconocidos. Además, en esta carta la Luna en Cáncer respalda este significado y la conjunción de la estrella fija Sirio, quizá la más benéfica, con Marte y el Ascendente, acaba de perfilar una natividad muy poco corriente, distinta, destinada a brillar (Sirio) a través de la lucha solidaria y la violencia sufrida (Marte) y a dejar una profunda huella en el colectivo.

Monseñor fue asesinado el 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba una misa en la Capilla del Hospital de la Divina Providencia, en San Salvador, mediante un disparo en el corazón. En la carta natal, el Sol en Leo (corazón) recibe una oposición partil de Urano en Acuario en la VIII, casa de la muerte. Esta oposición, por un lado, describe una muerte repentina, sorpresiva, instantánea; una interrupción (Urano) inmediata del funcionamiento del corazón (Sol). Pero también parece que esta configuración añade otros detalles.

Urano, que ya describí en un post anterior, representa aquí una tecnología avanzada, no conocida en el mundo clásico. A monseñor Romero no lo mató una sencilla bala, sino una bala explosiva, que le destrozó el corazón y probablemente el abdomen. La muerte estaba garantizada. Veamos qué dice la Wikipedia sobre esta munición:

Las balas explosivas o incendiarias sólo se emplean excepcionalmente en armas de francotirador de gran calibre para destruir depósitos de materiales o combustible, ya que su manipulación es peligrosa para el que las maneja.

Queda clara la intención, no sólo de matarlo, sino de destruirlo, quedando además su muerte como mensaje amenazante, como castigo ejemplar que apagara cualquier rebeldía ante el orden establecido. En cierta manera lo han conseguido, porque el crimen permanece impune 35 años después y el militar que ordenó el asesinato, Roberto d’Aubuisson, fundó el partido político que gobernó El Salvador entre 1989 y 2009.

También encontramos rastro del francotirador en la carta, porque Urano y la Casa VIII (muerte) se ubican en Acuario, signo regido por Saturno y que ya los antiguos astrólogos vinculaban a vidrio y cristales, el material de las lentes necesarias para efectuar un disparo a distancia. Precisamente la ‘distancia’ es definitoria de Saturno y su domicilio en Acuario: televisión, telecomunicaciones…

La oligarquía salvadoreña, con el respaldo de la Iglesia, se había cansado de la férrea defensa que el Arzobispo hacía del campesinado, de los reiterados llamados al cese de las matanzas. Como regente de la VIII tenemos a Saturno, análogo al patrón, al jefe coactivo. Saturno es el maléfico mayor, el enemigo de las luminarias (Sol y Luna), los regentes de los signos destacados en la carta del arzobispo: Cáncer y Leo. En esta carta natal, Saturno actúa de custodio o doríforo tanto del Sol como de la Luna, puesto que se halla oriental al Sol y occidental a la Luna. Tratándose de una carta nocturna, la relevancia recae en la Luna y su custodia; encontramos, pues, que está custodiada por un maléfico adscrito a la secta contraria. Esta custodia es nefasta y amenaza la vida. Por un lado, sabemos que su salud fue siempre delicada. Pero también podemos interpretar que vivió rodeado de enemigos y que quien finalmente decidió quitarle la vida fue alguien muy cercano; Saturno describe un superior o alguien que forma parte de una estructura jerárquica.

Más allá del regente del signo, resulta muy interesante la participación de Mercurio en la VIII (muerte) en Acuario como primer regente de la triplicidad de Aire en carta nocturna. Mercurio natal se halla en Virgo, en la III, en su propio signo, revelando una gran inteligencia y capacidad para la comunicación. Es más, esta dignidad esencial (domicilio y exaltación) de Mercurio confería un gran alcance y eficacia a esa comunicación, ya fuera desde el púlpito o por escrito. Fue la comunicación precisamente, el dar voz y palabra a los que no la tenían, lo que le acarreó las tremendas enemistades que acabaron con él.

Pero yendo a elementos más concretos todavía, relacionados con la III (comunicación, escritos, vehículos, traslados) leo que

El “pecado” de Romero que derramó el vaso fue haber enviado, unos días antes de su muerte, una carta al presidente Jimmy Carter , de Estados Unidos, exigiéndole que suspendiera la ayuda militar al Gobierno. Pero el 23 de marzo, la cosa subió de tono: desde el púlpito Romero llamó a las bases militares a desobedecer las órdenes superiores: “…ante una orden de matar que dé un hombre, debe de prevalecer la ley de Dios que dice: No matar. Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la ley de Dios”.

Y para terminar esta sucesión de analogías, tenemos que el francotirador efectuó el disparo desde un coche, justo en el momento en que el sacerdote estaba leyendo la homilía…

Hoy la Iglesia ofrece su homenaje al mártir, un gesto que dignifica la institución, puesto que en su momento, la falta de apoyo del Vaticano (hay quien incluso habla de complicidad) fue posiblemente un elemento determinante en su muerte. Asimismo, supone también un respaldo para la Iglesia latinoamericana vinculada a la Teología de la Liberación, cuyo fuerte posicionamiento político espanta a las mentalidades más conservadoras, es decir, las que ‘conservan’ las tierras, los privilegios, el poder…

Como he dicho antes, no practico el catolicismo ni ninguna otra forma de religión institucional y mis creencias, de haberlas, estarían más vinculadas al simbolismo que he descubierto a través de la astrología. Aún así, me conmueven enormemente los seres humanos capaces de tanta solidaridad y compasión y creo que son modelos que evitan que nos perdamos del todo en las miserias cotidianas. Estos seres verdaderamente iluminados, los famosos y los anónimos, nos quitan todas las excusas y nos obligan al menos a reflexionar, que es precisamente lo que toca hoy. Ver más allá del propio ombligo, de la situación propia, que puede ser o no de bienestar, para extender la mirada a las miles y miles de personas que están sufriendo tanto a causa de las políticas saturninas.

Así, el acto de beatificación de este sábado, de elevación a los altares, parece algo superfluo para el sacerdote que se identificó con los oprimidos y luchó por ellos hasta el punto de sacrificar su propia vida. Seguro que monseñor no querría ir a un cielo o a unos altares que no pudiese compartir con aquellos a quienes protegió.

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