La danza planetaria en el cielo tiene frecuentemente un reflejo ‘literal’ en la tierra. El final de la cuadratura entre Júpiter en Leo y Saturno en Escorpio tiene su espejo mundano en la muerte de Cecil, un león grande y bello que con su melena oscura se había convertido en insignia de Zimbabue.
Júpiter en Leo representaría el majestuoso Cecil. El otro elemento de la cuadratura, el maléfico Saturno en Escorpio, tiene su reflejo en el dentista Walter James Palmer (16/01/1960), apasionado de la caza, cuyo Saturno natal en Capricornio gobierna su Sol, Mercurio y Marte. Por lo tanto, a pesar de que no tenemos hora de nacimiento, podemos decir que Saturno es el planeta más poderoso de su carta. El Saturno de Palmer se encuentra en elevación heliacal, lo que marca dotes de mando y posibilidades de éxito como empresario. Los dientes están regidos por Saturno porque, con los huesos, constituyen la parte ‘dura’ del cuerpo humano. Marte exaltado en Capricornio, en trígono además con Plutón, es el cazador por excelencia: duro, determinado, con la cabeza fría y, en cierto modo, ‘invisible’ (Plutón). Curioso que Palmer, que pagó 50.000 € por la cacería, optara por usar una flecha, cuando los símbolos sagitarianos también se hallan en su carta: Venus y Júpiter conjuntos en Sagitario en posible trígono a la Luna natal.
Cecil fue atraído con un cebo fuera del parque donde estaba protegido; herido por la flecha, tardó dos días en morir desangrado: Saturno en Escorpio representa una muerte traicionera y una agonía lenta. La cuadratura Saturno-Júpiter es también típica de la muerte de la descendencia; en este caso, la desaparición de Cecil pone en peligro los cachorros que ha engendrado, que previsiblemente serán eliminados por el nuevo león líder.
El dentista de Minnesota tiene otra posición planetaria natal significativa: su Luna natal está en Leo. La Luna es el planeta que representa aquello que es más vulnerable; precisamente Capricornio y Saturno rechazan la vulnerabilidad. Además, en esta carta la Luna natal se halla en el VIII (muerte) signo desde el Sol. Esta Luna (sin hora) en Leo recibe estos días la cuadratura de Saturno en Escorpio, por lo que ‘asesinar’ a Cecil se ha convertido en un daño a sí mismo en su dignidad (Leo) y popularidad (Luna): con la opinión pública mundial y a sus propios clientes y vecinos en contra, se ha visto obligado a cerrar su clínica dental, mientras permanece escondido de las autoridades ante la posibilidad de ser extraditado a Zimbabue por el delito cometido. ¿Habrá redención para el dentista Palmer? ¿Podrá remontar esta súbita caída en desgracia? El tema de la caída es propio también de Saturno, sobre todo en carta nocturna.
Aunque el cuerpo mutilado del animal fue descubierto a principios de julio, el caso se ha dado a conocer a gran escala a partir de la entrada del Sol en el signo de Leo, iluminando de repente esta historia sobre un león. El profundo rechazo del público a la muerte de Cecil es esperanzador porque podría promover la erradicación del tráfico de trofeos de caza, así como cuestionar la caza, en general, como entretenimiento basado en matar o incluso torturar animales.
No se trata aquí de se esté sobredimensionando la noticia de la muerte de un león, cuando todos los días conocemos la muerte violenta de personas inocentes en cualquier parte del mundo. Cuando algo impacta tanto en el colectivo humano es porque emerge el símbolo, el icono. La luz del Sol en Leo ilumina la historia de un león que representa todos los leones y, al mismo tiempo, los símbolos leoninos. Recordemos que el león es un ‘rey’ natural y Leo es análogo a los asuntos monárquicos. Es también la historia de un animal cazador, víctima de un depredador mucho más peligroso. Los símbolos están vivos y tienen significado, a modo de mensaje. Si analizamos lo sucedido con ‘ojos’ tradicionales y astrológicos, podríamos tomar la muerte del león como un mal augurio para los asuntos de Leo y para la dignidad, la inocencia y la belleza en estos tiempos oscuros.