¿Tienen los gobiernos y las multinacionales una agenda basada en la astrología? Me temo que sí, a la vista de las grandes decisiones que se ha filtrado que están a punto de tomarse, con la perspectiva de la conjunción de Júpiter y Saturno en 2020.
Ambos planetas, los mayores del septenario clásico, trazan el gran marco ideológico (también religioso) y económico que gobierna el mundo en ciclos de 20 años, supeditados a ciclos de unos 240 años en cada elemento (Fuego, Tierra, Aire y Agua). Nos hallamos ahora al final de un gran ciclo de Tierra, que ha consagrado la ideología (Júpiter) y estructuras (Saturno) materialistas (Tierra) desde principios del XIX, tanto en la ciencia como en lo socio económico (desarrollo industrial y acumulación). En Tierra, la conjunción Júpiter-Saturno explica aquello de generar el mayor crecimiento (Júpiter) de recursos (Tierra) con el mínimo coste (Saturno).
Como he dicho, nos hallamos al final de un ciclo de Tierra y resulta notorio ya en los intereses de las grandes corporaciones. Cuando ya el año pasado se escribía que “Los datos masivos (o big data) son el nuevo oro“, aludiendo al desplazamiento del interés económico sobre los bienes materiales, tangibles, a la información masiva, el TiSA, entre otros tratados que ya mencioné en otro post y que se están negociando ahora con gran sigilo, es un “acuerdo sobre Comercio de Contratos de Servicios”. Resulta que, de aprobarse, “el TiSA condicionaría casi el 70% del comercio mundial de servicios: telecomunicaciones, comercio electrónico, finanzas, seguros, transporte, distribución, servicios profesionales, servicios postales” y “forzará que los datos personales en Internet queden sin la protección de los gobiernos, que los datos informáticos sean solo mercancía y que desaparezca la privacidad de los datos digitales.” Los servicios postales y la mensajería son fundamentales por el comercio electrónico, en constante crecimiento.
A todo esto, llama la atención que del TiSA se pretende que permanezca en un absoluto secreto hasta cinco años después de su entrada en vigor. Eso significa que, de aprobarse en este año de 2015 (o en 2016, da lo mismo), los cinco años restantes nos llevan a diciembre de 2020, momento en que se producirá la próxima conjunción entre Júpiter y Saturno, que marcará el inicio de un gran nuevo ciclo socio económico, porque esta conjunción abandona el ciclo de Tierra (última conjunción en 2000) e inicia el del elemento Aire, lo que supone un gran cambio que ya percibimos por el creciente énfasis en todo tipo de comunicación e información. La riqueza potencial de los big data no está solamente en la gran cantidad de información que se está produciendo ya de manera masiva, por primera vez en la historia de la humanidad, sino en el manejo de esa información con el fin de analizarla, extraer conclusiones y probables predicciones sobre el comportamiento de las masas (Aire = inteligencia), además de influir sobre ellas a través de cada individuo y sus particularizados gadgets electrónicos conectados a Internet.
Y es que, para empezar ‘con buen pie’, la conjunción entre Júpiter y Saturno en diciembre de 2020 se producirá en Acuario, gobernado por Saturno, por lo que este planeta será predominante. Acuario es precisamente el signo de las telecomunicaciones (comunicación = Aire; “tele” = Saturno, regente de lo distante), Internet y redes sociales, los grupos de afinidad, la inteligencia colectiva y la oposición o rebeldía ante toda estructura (Saturno) social (Aire) jerárquica (vertical; el Aire es horizontal e igualitario), es decir, ante los gobiernos no democráticos o el déficit democrático de los gobiernos. Me temo que los grandes poderes planetarios, con la mira siempre en el largo plazo, ya tenían prevista la agenda astrológica y para cuando llegue 2020, con todos estos acuerdos secretos -previsiblemente- consolidados, los asuntos acuarianos estarán ya a buen recaudo. Las crecientes movilizaciones y la difusión de información al público por canales casi siempre ‘alternativos’ están dificultando el proceso. No busquéis información sobre estos acuerdos en los medios diseñados para las masas: el prime time televisivo o los grandes diarios. Y es que hay una cosa que permanece inalterable, aunque cambien los ciclos y los elementos: la verdadera mercancía somos nosotr@s.