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Libra

El primer mes de otoño el Sol recorre el signo zodiacal de Libra. Como todos los signos que inician estaciones, es un signo cardinal y por lo tanto tiene la energía del comienzo y la empresa, aunque moderada por la reflexión. Contra lo que se supone generalmente, Libra también implica cierto dominio. ¿Cómo? ¿El pacífico y diplomático Libra quiere «mandar»? Sí, pero en su particular y refinado estilo. Entre otras cosas, ahora veremos por qué y de qué manera.

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Si la Justicia, aunque amante de la paz, lleva espada, por algo será…

Antes que nada, conviene decir que Libra corresponde al elemento Aire, constituido por las cualidades primitivas de Calor y Humedad. El Calor explica su actitud extrovertida y exteriorizadora y la Humedad, la sociabilidad y su disposición a adaptarse. Esta combinación Calor/Humedad que los antiguos asociaban al temperamento sanguíneo (el más «simpático» de todos) es la que básicamente define los signos de Aire (Géminis, Libra y Acuario) como sociables y comunicativos. Si la comunicación básica que establece Géminis es con su entorno más inmediato (hermanos, primos, vecinos, condiscípulos) y la de Acuario es más distante, con grupos de diversa naturaleza, sean personas conocidas o no (amistades, grupos de afinidad ideológica, concentraciones), la de Libra es fundamentalmente «de tú a tú», es decir, enfocada en relaciones unipersonales (amistad, pareja, asociaciones de negocios, íntimas enemistades…) que tiende a convertir en cercanas. El foco en el otro, la dedicación intensa para estimular sus cualidades y autonomía cobra forma en una profesión de relevancia creciente: el coaching. Libra es el séptimo signo del Zodíaco, opuesto al primero, Aries (esencialmente individualista), por lo que la conciencia solar alcanza aquí un verdadero contacto con el «otro» porque, por primera vez en la rueda zodiacal, lo mira de frente. Libra, que por supuesto que también disfruta relacionándose en grupo, es capaz de hacer sentir a su interlocutor como si fuera la única persona de la estancia -o del mundo-. Esto que acabo de decir es un potente factor de seducción. Me estoy acordando ahora de que es un rasgo muy mencionado por cualquiera que se haya referido -lo pongo como ejemplo- al ex presidente norteamericano Bill Clinton, que tiene precisamente su Ascendente en Libra además de tres planetas clásicos allí, incluyendo a Venus, regente del signo.

La extrema consideración del «otro», la preocupación por sus deseos (según también de la relación que se trate), cierta necesidad de aprobación o incluso el querer definirse a través de una pareja o mediante la comparación con otra persona, suponen factores de debilitamiento de la propia autoridad, de la voluntad y energía personales. Precisamente Libra es el signo de caída del Sol (voluntad, autoridad, brillo, vitalidad), siendo el signo opuesto al de la exaltación del astro, en Aries, que tiende en cambio a querer hacer su voluntad por encima de toda contemplación. Así, se considera tradicionalmente que el Sol está «debilitado» en Libra. Con esto llegamos al típico balanceo de Libra, la oscilación entre el «yo» y el «tú» y la búsqueda del equilibrio entre oponentes, que también se puede llamar «justicia», un ámbito que este signo representa. Alcanzar sus objetivos, que casi siempre implican la participación de terceros, no implica hacerlo por encima o a pesar de la otra persona, como haría un signo con componente de Sequedad, sino junto a ella, con la colaboración y si es posible, con el agrado de su «partenaire», alcanzando un pacto que satisfaga a las dos partes. Si la otra persona se resiste, no importa. Libra es un signo cardinal y aquí aparece su parte impositiva: usará este impulso para seguir haciendo propuestas hasta que consiga la participación deseada. Por ello, Libra es el símbolo de la paz y la diplomacia, los acuerdos, pactos; la justicia, la abogacía y los litigios (si son pacíficos o no, ya depende de otros muchos factores). También representa otra variante de pacto: el matrimonio o la vida en pareja, que es también un «contrato», verbal o firmado. esgrima Libra

En realidad y eso también está reflejado en la vida en pareja, el par Aries-Libra representa el enfrentamiento, la guerra. Aries simboliza la opción armada y Libra la vía negociada. Se enfrentan precisamente porque «se ven». Los 180º de distancia el uno del otro son la máxima exposición frontal y eso siempre tiene un componente de desafío, de amenaza, pero también de vinculación. Por ello, igual que Libra es el séptimo signo, la séptima casa astrológica de la carta astral es la de las relaciones de pareja, las más físicamente íntimas que se mantienen en la vida, que además se establecen -normalmente- con un extraño, con alguien ajeno a la familia de origen con quien no se comparte vínculo de sangre. Y de la misma manera que esa persona es la más cercana, puede llegar a ser también nuestro enemigo más acérrimo cuando se pierden las ganas diarias de negociar. Así es la guerra.

Libra siempre tiende a la negociación, hasta para la más mínima gestión cotidiana, aunque sea de las trilladas. Ante las rutinas, emerge la cualidad cardinal y suele actuar como si estuviera ante una novedad, sometiendo a la otra parte a una elección constante, reflejo de sus propias dudas, que desea resolver mediante la determinación del otro. Porque Libra duda y mucho. La duda de Libra, que parece una desventaja y a veces es incluso desgastante, proviene de lo que puede ser también un talento, un don: es capaz de ver lo bueno de las dos partes, de los dos extremos, las dos opciones que a otros ojos parecen incompatibles o excluyentes, y por eso le resulta tan difícil tomar partido, elegir. Este amplio entendimiento nos remite de nuevo al papel mediador de la diplomacia, que da igual que se emplee en una embajada extranjera o en los mucho más peligrosos ambientes de la reunión de vecinos del bloque o en la cena familiar navideña: Libra puede ejercer de puente o enlace entre las diferentes visiones que se manifiestan, facilitando su entendimiento. Allá donde haya un conflicto, la naturaleza de Libra le empujará a tratar de resolverlo de la manera más equilibrada o justa posible. Por ello es también símbolo de la justicia y de las profesiones que derivan de ella: judicatura, abogacía.

Los planetas relacionados con este signo por dignidad o indignidad, resultan muy clarificadores también y ayudan a su comprensión. Como ya hemos visto el Sol (caída), vamos a centrarnos en los siguientes. El regente de Libra por domicilio es Venus, el planeta de la belleza y la armonía. La belleza/armonía de Venus proviene de la relación armónica de los signos que rige (Tauro y Libra) con los de las luminarias (Leo-Sol y Cáncer-Luna). Es un planeta benéfico, es decir, aquél que está constituido básicamente por cualidades primitivas en proporción moderada y favorecedora de vida (todo planeta ve modificada su composición esencial por su estado cósmico -dignidad esencial y accidental- en una carta astral determinada). En esta moderación radica su armonía, que se expresa en la proporción física pero también en una manera de ser agradable, conciliadora o incluso seductora. Se dice a veces que Venus es el planeta del amor; creo que tiende a mostrar afecto, pero el amor es demasiado importante, complejo y profundo como para estar definido por sólo un planeta; la síntesis de la carta es la que explica qué clase de amor expresa y necesita un individuo. Venus, por su regencia, representa parte del comportamiento de Libra así como sus afinidades esenciales: arte, belleza, estética, proporción, imagen, paz… Marte, el planeta de la guerra y la imposición por la fuerza, tiene su exilio en Libra: el signo siente pues un profundo y particular disgusto por toda muestra -grande o pequeña- de rudeza, grosería y e imposición física. Esto tiene otra consecuencia: Libra suele tener alguna dificultad a la hora de defender su terreno o autoafirmarse cuando hace falta algo más de firmeza, cuando el diálogo y la diplomacia no bastan. Libra es el signo de la elegancia, que debemos entender no solamente respecto al fenómeno social y cultural de la moda, sino la elegancia de comportamiento, la delicadeza que en una carta bien dispuesta no es debilidad sino una baza para ganarse el mundo a base de detalles, buenas impresiones y «fair play». Si la carta no estuviera tan bien dispuesta, tendríamos en cambio a la persona «fashion victim», que tendería a definirse solamente en términos de una apariencia consensuada o bendecida por los grandes popes del mundillo (antes muerta que «demodé»), aprobada por su círculo de conocidos. También podría tratarse de alguien que se valorara en relación a la «calidad» de sus relaciones sociales. O sea, lo que se llama esnobismo.

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Oscar Wilde con su abrigo favorito. Hay que entender lo importante que puede llegar a ser el atuendo y una apariencia armónica para un esteta.

Un ejemplo de la mejor expresión de este aspecto de Libra la tenemos en Oscar Wilde (Sol y Venus en Libra): un gran artista y también un esteta, un dandi, que parece que dijo que si estar en sociedad puede ser un fastidio, no estarlo sería una tragedia… Se ha dicho que sus escritos son un pálido reflejo del ingenio que mostraba verbal y espontáneamente en las reuniones sociales, para las que estaba muy solicitado, que imagino que supondrían el motor para su creatividad.

Y hay otro planeta que tiene un papel muy relevante y también definidor. Libra es el signo de exaltación de Saturno, que siendo una dignidad esencial algo inferior al domicilio, tiene un gran peso. Un Saturno bien dispuesto -siempre depende del resto de la carta- en Libra puede dar lo mejor de su papel estructurador y formalizador, logrador de pactos y acuerdos. Con la seriedad y responsabilidad de Saturno, llegamos a una idea que es fundamental tanto en el planeta como en el signo: el «compromiso». Al fin y al cabo, ¿qué valor puede tener un pacto que no se cumpla? La exigencia saturnina es el factor que añade Sequedad al signo, es decir, que le resta capacidad de adaptación. Libra capta sin esfuerzo la desproporción y la falta de armonía (en cualquier propuesta: verbal, gráfica, etc.) y la influencia de Saturno puede llevarle a la exigencia y al afán de perfección. Saturno en Libra es un juez racional, riguroso, estricto.

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El dios Thot pesa las almas de los muertos

De hecho, hay una simbología muy antigua e importante relacionada con este signo, enlazada con la función de Libra y de Saturno como juez y también como significador de muerte. Si el 0º de Aries supone el paso del Sol a la declinación norte en su camino ascendente hasta el solsticio en Cáncer, el 0º Libra es el punto en el que el Sol entra en su declinación sur en su descenso hasta el solsticio en Capricornio. En el gráfico de la carta se aprecia de manera mucho más sencilla. Libra es el oeste respecto de Aries y el oeste es un grado de ocaso y muerte, simbología astrológica y universal. Así, la balanza suele aparecer en las imágenes que representan el Juicio final, el que se determina si pesan más las acciones buenas o las malas y el paso del difunto al cielo o al infierno.

Para finalizar, Catherine Deneuve (Sol y Mercurio en Libra), la actriz francesa, reúne en su persona los elementos más representativos del signo: su trabajo como artista, su belleza (Venus) y su influencia como musa de la alta costura (Yves Saint Laurent); también la distancia señorial de Saturno (es además el regente de su Ascendente) y la elegancia que confiere la combinación de ambos.

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¿Quién si no podría resultar creíble en esta pose?

Hay otra cosa significativa en relación al signo de Libra en la carta de Deneuve. La Luna natal está en Leo, en grados Avatar; no es una reina (Leo), pero «casi»: una artista muy conocida, que ha alcanzado el estatus de símbolo de su país porque «encarna» o personifica (grados Avatar) la esencia francesa o, más prosaicamente, la «marca Francia» (belleza, lujo, refinamiento, hedonismo, independencia). Por ello su imagen fue el modelo durante los años 80 para la Marianne, el busto que representa la República Francesa. Volviendo a nuestro tema Libra: esa Luna Leo de Deneuve está en la fase menguante de la Luna llena en Aries, que es la sizigia previa al nacimiento (ella es muy independiente), que a su vez proviene de la Luna nueva en Libra, originadora del ciclo solilunar en el que nació Catherine Deneuve. La impronta del signo en la actriz, por lo tanto, es más relevante todavía.

Este post va dedicado a mis queridas Libra.

 

Nota: En este post he hablado del signo zodiacal, dejando de lado el resto de consideraciones que hay que afrontar en el retrato completo y complejo que ofrece la carta astral de cualquier persona.

Saturno en Cáncer y el canibalismo en la II Guerra Mundial

Ayer me llamó la atenció un artículo en elpais.com sobre la publicación de un nuevo libro de Antony Beevor, el conocido historiador, sobre la II Guerra Mundial. Bajo el descriptivo título de “Los prisioneros eran ganado humano“, el artículo se refiere a los hallazgos de Beevor relativos al empleo que hizo Japón del canibalismo sobre los prisioneros en la etapa final de la guerra, cuando los recursos para abastecer a las tropas escaseaban debido al bloqueo de la marina estadounidense.

Estos hechos, conocidos de sobra por los ejércitos aliados que vencieron en Asia, fueron ocultados al público para no aumentar el sufrimiento de los familiares de los prisioneros, posibles víctimas, por lo que “el canibalismo no formó parte de los delitos juzgados en el Tribunal de Crímenes de Guerra de Tokio de 1946”.

La antropofagia, detectable en vestigios de grupos prehistóricos así como en ritos de determinados pueblos, constituye un fuerte tabú en la cultura occidental. En cierta manera, teniendo en cuenta que fue practicada por los seres humanos primitivos, todos ‘descendemos’ de ella (Cáncer es el signo análogo a la Casa IV, la de las raíces familiares, el atavismo y los ancestros, que también simboliza la alimentación). Me pregunto durante cuántas generaciones se puede percibir el eco de una ‘huella’ de este tipo, si es o no eterna.

Pero a pesar del tabú, el canibalismo ha constituido una ‘salida’ en cualquier época y lugar cuando las circunstancias podían conducir a la muerte por hambre (el artículo hace referencia al sitio de Leningrado, donde 600.000 personas murieron de esta manera). Este recurso extremo y último por la supervivencia, que se suele plantear a la desesperada y que probablemente se practicó en diferentes momentos y lugares de la II Guerra Mundial, se convirtió para las tropas japonesas, según el historiador, en “una estrategia militar sistemática y organizada”.

En Astrología, el signo asociado a la nutrición es Cáncer y quise ver si tenía alguna ubicación especial en la carta de la II Guerra Mundial. He empleado la carta basada en el momento de la declaración de guerra a Alemania por parte del Reino Unido (ese mismo día hicieron lo mismo gran parte de los países aliados) como respuesta a la invasión de Polonia dos días antes, que me parece que representa un inicio ‘oficial’. La declaración (Ascendente) fue emitida por radio (Marte, regente del Ascendente, en la Casa III -medios de comunicación-). Como comenta Sergio Rivillo, Marte, que es el planeta más digno (fuerte) de la carta por su exaltación en Capricornio, representa la victoria final de los declarantes frente a la debilidad de los oponentes, representados por Venus combusto en Virgo, signo de su caída. Estos y otros elementos indican que esta carta contiene el germen de la victoria aliada. Siempre cabe preguntarse si el momento fue escogido (Astrología elecional), algo que desde luego no espero que se publique en la prensa.

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La carta muestra el signo de Cáncer precisamente al final de la Casa VIII, la de la muerte, cuando Beevor dice que “la mayoría de los casos ocurrieron al final del conflicto”. Saturno comenzó a transitar por Cáncer en los últimos años de la contienda.

Saturno, el planeta de las limitaciones, restricciones y carencias, recorrió el signo de la alimentación y la familia desde el 20 de junio de 1944 hasta el 2 de agosto de 1946, representando el hambre y la carestía general ocasionada por una guerra tan larga y cruda, además del duelo (Saturno: tristeza) por la pérdida de familiares (Cáncer), territorios y soberanía (Cáncer también, relacionado con la IV mundana). El recorrido que efectuó por la parte del signo de Cáncer que ocupa la Casa VIII de la carta con el sistema de casas Placidus duró hasta el 14 de marzo de 1945, momento en que Saturno ‘entra’ en la Casa IX de la carta. Las cúspides de las casas desiguales sucedentes y cadentes varían de un sistema a otro. El de Placidus, el más usado, muestra de una manera aproximada el tiempo de acción de Saturno en la Casa VIII.

En este mapa, Saturno en Tauro está conjunto a la Luna en el último grado de Aries y conjunto partil al Nodo Sur de la Luna (alimentación, maternidad, público en general, las masas) en el primer grado de Tauro, indicando que en 1939 quedaba mucho por delante todavía. ¿Simboliza Saturno a un enemigo de Gran Bretaña? Resulta que sí: el planeta está conjunto a la cúspide de la VII Casa en Tauro, la de los ‘enemigos’ declarados, así que su regente (Venus) y los planetas que contiene el signo representan el Eje contra el que lucharon los aliados.

Tauro está asociado a la acumulación de recursos materiales y en el cuerpo humano simboliza la zona que une la cabeza (Aries) con los hombros (Géminis): el cuello y los órganos que comprende. De este modo, Tauro también está conectado con el proceso de la alimentación (acumulación de nutrientes), puesto que está relacionado con su primera fase: saborear (lengua), masticar (mandíbula inferior) y deglutir (garganta) la comida, como paso previo a su llegada al estómago (Cáncer). Por su ubicación en Tauro, Saturno ya está determinado pues hacia el proceso que comentamos en el post,  enfatizado o culminado al entrar en Cáncer.

El Nodo Sur de la Luna es zona de oscuridad por producirse allí los eclipses y tradicionalmente tiene connotación maléfica. Es frecuente verlo ‘activado’ en momentos ‘turbulentos’ relacionados con el colectivo o con grandes concentraciones de gente que incluso puede que no se conozca entre sí, a la que conecta a través de algún tipo de perjuicio (como en el caso de la matanza de Utoya). El nodo maléfico (oscuridad) conjunto al planeta maléfico mayor (más oscuridad) es lo menos que se puede esperar en la carta del inicio de la guerra más devastadora que ha conocido la humanidad.

Una carta astral tiene un número de símbolos limitado, aunque la combinación de todos ellos puede dar lugar a una riqueza de significados difícil de acotar. La II Guerra Mundial, una contienda global que afectó numerosos países, tiene una historia larga y compleja de la que se han escrito incontables tomos. En este post pretendo indagar solamente en uno de los ‘roles’ posibles para el planeta Saturno en esta carta concreta, que desde luego no puede ser el único, como suele pasar cuando se descifran símbolos. Y digo esto para introducir otra cuestión relevante: sabemos que Saturno representa a enemigos de los aliados, pero ¿representa a la nación japonesa?

Buscando la carta que representaría a la nación en la época del inicio de la II Guerra Mundial, encuentro dos referencias coincidentes y una de ellas aporta una hora. En The Book of World Horoscopes, dedicado a la Astrología mundana, Nicholas Campion ofrece el dato de la promulgación de la primera constitución moderna en la historia de esa nación, la Constitución Meiji, el 11 de febrero de 1889, sin hora. Charles Carter, otro relevante astrólogo especialista en mundana proporciona para esa fecha las 10:30 h. de la mañana en su libro An Introduction to Political Astrology.

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El mapa resultante muestra un Sol angular en la Casa X, fuerte por posición pero en debilidad esencial por hallarse en Acuario, un simbolismo apropiado para el inicio del primer sistema democrático del país, que debilita la autoridad individual del emperador (Sol). El Ascendente en Tauro tiene también un regente debilitado, Venus en Aries en la XII. Saturno es el dispositor del Sol (Acuario), regente del MC en Capricornio y co almuten de la Luna en Géminis; se halla en la IV casa del territorio y la soberanía, en el signo de Leo, mostrando un gran orgullo nacionalista (IV) con voluntad de expansión (signo de Fuego) autoritaria (Saturno) que finalmente provocaría su caída (Leo es uno de los dos exilios de Saturno, que está retrógrado y opuesto al Sol; hay una recepción mutua por domicilio entre estos dos planetas indignos que quizá les confirió una falsa confianza y les hizo inconscientes de su debilidad esencial). La importancia de este Saturno angular se extiende al hecho de que es el almuten de la carta por su predominio en los lugares hilegíacos y además por ser el primer regente de la triplicidad de la luminaria de la carta, el Sol en signo de Aire.

Parece que Saturno sí representa a la nación japonesa, según este gráfico. En la Casa IV, además del nacionalismo que he descrito, describe su idiosincrasia, un pueblo conservador, tradicional, amante de la autoridad, las jerarquías y los planes establecidos, atento a las rigideces de un protocolo (Saturno) elitista (Leo) y poco dado a las efusiones espontáneas. El Saturno retrógrado dispositor y opuesto al Sol exiliado en Acuario describe otro elemento relevante: la problemática asunción de responsabilidad individual. Todavía hoy en día se aprecia esto en la mayoría de los japoneses, que en general no osan tomar la más mínima decisión que cuestione la cadena jerárquica de la que forman parte; siempre hay un superior al que consultar. En las situaciones de emergencia esto es un lastre que puede ocasionar graves perjuicios por la lentitud (Saturno) en tomar una determinación. También sigue presente, sobre todo en los nativos que no han salido nunca del país o que no han tenido contacto con otras costumbres (Casa IV), la adhesión a la rigidez (Saturno) de las fórmulas de conducta que tiene la sociedad japonesa hasta para los aspectos más nimios y cotidianos de la vida; por ello los japoneses, que suelen ser amables y hospitalarios, suelen sentirse inseguros (Saturno) cuando han de interactuar con extranjeros. El Sol en Acuario pone el contrapunto (oposición) a la jerarquía saturnina, porque simboliza la agrupación y el igualitarismo; con un mal Saturno, como es este caso, el Sol se combina con una raíz autoritaria (Saturno en IV), lo que produce la condena social y exclusión de los individuos que se desmarcan del grupo, de la tendencia colectiva. Por supuesto, estoy hablando de unos aspectos concretos de la carta que hacen referencia a la cultura predominante de un pueblo, no de la verdadera naturaleza del ser humano, que no depende en absoluto del lugar de nacimiento. Esta carta, que probablemente siga activa porque los símbolos parecen vigentes, tiene una rigidez que puede oprimir a muchos de los seres humanos a los que gobierna, siendo unos individuos más afines a ella que otros y por lo tanto, menos infelices.

great_in_adversity_02 Saturno en Cáncer y el canibalismo en la II Guerra Mundial
Prisioneros liberados en Karavia Nay (Papúa Nueva Guinea), representan el tratamiento diario que recibían de los japoneses. Octubre de 1945.

Así llegamos a otro punto relevante: Saturno en Cáncer, el otro signo de exilio para el planeta y por lo tanto, de debilidad, de indignidad esencial. La entrada de Saturno en Cáncer hacia el final de esta gran guerra pudo anticipar el fin del imperio nipón. Este planeta, el gran maléfico de la Astrología tradicional, representando lo contrario de lo espontáneo, es decir, lo medido y calculado, puede significar también las  acciones infames pero ordenadas en las que incurrió a causa de su debilidad, como el plan ‘sistemático y organizado’ para alimentarse de los prisioneros. La debilidad del planeta pudo acarrear la derrota, que según las circunstancias puede ser muy digna (tuvo su oportunidad, teniendo en cuenta que sufrió la devastación de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, lo que le restituyó en la categoría de víctima), pero sobre todo trajo la mancha de los crímenes contra la humanidad que cometió el ejército japonés al amparo de la guerra, algo difícil de sobrellevar para Saturno en Leo: un pueblo con un orgullo pernicioso, incluso destructivo. Alemania también sabe lo que es tratar de purgar un pasado terrible, todavía reciente.

Para remate una ‘coincidencia’: Hitler nació en 1889, el mismo año que el Japón de la guerra. También tenía Saturno en Leo (13º 27′) y, como Japón, ambos Saturnos están angulares y en grados Avatar: esto significa el papel ‘maléfico’ que ambos -persona y país de entonces- representan para el colectivo a través del que quedan reflejados en la historia, siendo además Saturno un símbolo del enemigo de los aliados en la carta de la declaración de guerra. Los militares japoneses acataron -con la salvaguarda del grupo- las atroces órdenes de sus superiores, probablemente con la disciplina acostumbrada y predeterminada en su cultura autoritaria, una disciplina que requiere buenas dosis de oscurecimiento (Saturno) o ‘destierro’ de la voluntad individual. Y es que la voluntad humana, sobre todo cuando tiende a elevarse sobre las miserias sobrevenidas, manifiesta con esplendidez la Luz del Sol.

Virgo

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Quedan todavía tres semanas para que termine el verano, pero con el Sol en Virgo parece que resulta fácil ir anticipando el otoño. Virgo se extiende en su mayor parte en el mes de septiembre, cuando según la organización actual del calendario se vuelve al trabajo o a la escuela tras las vacaciones. De la misma forma, en el mundo rural los cultivos han crecido ya -en sentido ascendente, como el Fuego de Leo, el signo que le precede- al máximo y se procede a su cosecha. Es verano, pero todo indica que un proceso de cambio ha comenzado.

Esta idea nos introduce en una descripción esencial de Virgo: es uno de los cuatro signos dobles o mutables, los que situados al final de cada estación actúan de enlace o puente a la siguiente. Son signos que mantienen cualidades propias de su estación pero al mismo tiempo contienen elementos climatológicos que anticipan la venidera; a menudo, el tiempo es inestable, cambiante. A estos signos «puente» se los llama mutables o dobles, apelativos que describen tanto su naturaleza algo variable y energía inconstante como su dualidad. El signo mutable alterna entre la energía cardinal y la fija, entre iniciar y emprender o mantener lo ya conseguido, quedando a veces dubitativo entre ambas, lo que puede llevarle a momentos de bloqueo o indecisión.

Si los signos mutables frecuentemente ejercen de «intermediarios» de otros signos más impositivos (cardinales) o determinados (fijos), ¿cómo se manifiesta esta tendencia en un signo de Tierra, como es el caso de Virgo?

Si a la disposición mutable unimos la materialidad y pragmatismo de la Tierra, elemento compuesto por las cualidades primitivas de Frío y Sequedad, tenemos que la motivación fundamental del signo de Virgo es ejercer de «intermediario» en los temas materiales (Tierra), es decir, «asistir» en los asuntos contingentes y prosaicos. Esto nos lleva a la descripción esencial y habitual del signo, del que se dice que es de «servicio a los demás». Mercurio, su planeta regente, parece un acompañante del Sol puesto que nunca se separa más de 28º de él. Así, Virgo, signo contiguo a Leo (regido por el Sol), es el asociado al servicio y al secretariado, en analogía al empleado que «atiende» al jefe. Tras la vistosidad de Leo, orgulloso de mostrarse y manifestarse, Virgo, signo «femenino», tiende a la discreción y a cierta timidez, presentando generalmente una apariencia pulcra, sencilla, sobria; en este sentido, sin ser exhibicionista, sí resulta con frecuencia elegante, e incluso el cuerpo asociado a Virgo tiende a ser armónico, proporcionado.

Atendiendo a las cualidades primitivas que lo conforman, Virgo es un signo seco y frío, más lo primero que lo segundo. A diferencia de Géminis (otro signo mutable también regido por Mercurio), que es cálido y húmedo, aquí la sequedad dificulta la colaboración y la adaptabilidad a los demás, pero en vez de dominar o dirigir, la cualidad fría hace que prefiera trabajar a solas, a su aire o en un segundo plano. ¿Cómo encaja el signo la falta de ductilidad con la cualidad mutable (ser un enlace, un puente, un asistente)? Pues a veces de manera problemática, con cierta frustración y nervios, desplegando una tensión que le dificulta relajarse cuando no puede controlar (Sequedad) la situación. Virgo quiere ofrecer su trabajo (servicio) a los demás (signos), haya sido requerido o no, pero «a su manera»… Su forma de organizar el día, de ordenar la habitación o de redactar ese texto es «la mejor» y le resulta ilógico que otros no lo vean así, puesto que encima es por su «bien». También Virgo puede llegar a irritar con su incesante laboriosidad o incluso por su actitud servil (dependiendo de los casos). De todos modos, Virgo disfruta sintiéndose eficaz y útil, de cara a sí mismo y sobre todo en relación a los demás.

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Pero Virgo es mucho más.

Siguiendo con las cualidades primitivas, la sequedad del signo y del planeta regente simboliza el proceso de  disección de la realidad en partes, en pequeñas piezas ordenadas y analizables, facilitando su entendimiento, manejo o asimilación. Esto queda manifestado en diversas vertientes:

  • Virgo suele ser un signo de inteligencia, siendo muy importante el amor por el aprendizaje, la capacidad de discriminación y el sentido crítico. De esta manera, el signo destaca frecuentemente en la profesión de escritor/a, además de por las cualidades mencionadas, por la disciplina y afán de perfección que le lleva a revisar una y otra vez lo escrito para «pulir» el texto. La docencia también es típica.
  • Virgo representa lo pequeño, minúsculo: simboliza los trabajos minuciosos también en la esfera científica como la química y el trabajo de laboratorio (labor que requiere una gran pulcritud e higiene) o en el ámbito técnico y lógico de la inteligencia artificial y la informática, que en el proceso de su desarrollo a lo largo de las últimas décadas, ha experimentado la constante disminución del tamaño de sus instrumentos hasta convertirse en móviles o altamente «portables», lo que los consolida en la comunicación (Mercurio) humana del siglo XXI.
  • El proceso de asimilación de los nutrientes a través del intestino delgado, órgano regido por Virgo, una vez descompuesto el alimento y clasificados sus componentes, quedando descartados los inservibles. Del intestino se dice que contiene células neuronales (Mercurio), por lo que constituiría otra especie de «cerebro». El proceso es completamente análogo al del aprendizaje, que consiste en la asimilación de conocimiento válido. En este sentido, cuando hay problemas con los intestinos cabe preguntarse, en otro plano, qué vivencia no se está asimilando bien o si se está fallando con el proceso de descarte de lo inservible en nuestra vida.
  • La planificación de los horarios y el sometimiento a la rutina diaria, ya sea laboral, higiénica o alimentaria. Mediante las rutinas que tan aburridas nos parecen, se consigue, con la repetición de las acciones, automatizar lo que en un principio son actos conscientes o por lo menos convertirlos en hábitos; de esta manera, se evita tener que decidir cada pequeña acción con el consiguiente «ahorro» de energía mental y anímica, que redunda en el aumento de la «eficacia», tan preciada para Virgo. Por ejemplo, ya no tengo que decidir lavarme los dientes después de cada comida: sencillamente lo hago.
  • La higiene, la pulcritud y el orden son elementos esenciales en Virgo. Ordenar, clasificar los objetos, las ideas (incluso las emociones), hace que sean más manejables y accesibles cuando se las necesita. De la misma manera, la alimentación tiende a ser cuidadosa y frugal, porque Virgo tiene un sentido especial para conectar con lo que el cuerpo verdaderamente necesita y descartar lo superfluo, lo tóxico, como en el proceso intestinal inconsciente. Por eso Virgo está asociado también a las dietas que, con una disposición anímica saludable pueden ser muy beneficiosas pero, en un sentido negativo, suponen una forma de «control» sobre el mundo propio (el cuerpo) cuando no se dispone de otra.

En Astrología mundana, Virgo rige el funcionariado, el trabajo administrativo, las relaciones laborales (sindicatos), la clase trabajadora, las profesiones o sectores relacionados con la salud, nutrición e higiene así como las ya apuntadas en los campos informático, científico y creativo (escritura). Virgo también rige las manos y está asociado al trabajo con ellas (como en la escritura): por un lado, puede significar que se realiza un trabajo obrero o de precisión; en otra vertiente, las tareas artesanas o artísticas requieren también destreza manual.

De Virgo hay mucho que aprender: su gran capacidad de trabajo, sentido de la organización, la disciplina en las rutinas y sobre todo de su habilidad para reducir un panorama amplio, que podría resultar abrumador, a fragmentos pequeños abordables. Así enfrentan las obligaciones, paso a paso, fase a fase, organizadamente, lo que resulta eficiente y tranquilizador siempre que no se caiga en la obsesión por las menudencias.

De hecho la atención al detalle junto con la sensibilidad sobre el propio cuerpo (cualidad de Frío: el foco es hacia el interior) puede que favorezca esa atención al más mínimo síntoma percibido. Virgo y su signo polar, Piscis, parecen ser los signos con más tendencia a la hipocondría del Zodíaco.

Y de nuevo, esa capacidad para resaltar el detalle que a otro le pasa desapercibido y al mismo tiempo, hacer una elaboración sobre ello, rebajando lo importante a la categoría de nimiedad, es una de las características del ingenio humorístico de Virgo. Como en Géminis, también regido por Mercurio, el sentido del humor es importante. Pero en Virgo es un humor menos benevolente, más agudo; la sequedad del signo no se preocupa tanto por simpatizar con el prójimo, lo que le facilita realizar un retrato más cáustico -incluso implacable- de la realidad.

Para acabar, quería decir que para mí, que no tengo ningún planeta personal en Virgo, no ha habido mayor manual sobre este signo que la compañía de algunos seres muy queridos. Muchas gracias y ¡Feliz Cumpleaños!

 

Nota: En este post he hablado exclusivamente del signo, dejando de lado el resto de consideraciones que hay que afrontar en el retrato completo (emocional, sobre todo), tan complejo, de cualquier persona.

La melena “leonina”

A lo largo del día de ayer tuve dos ocasiones diferentes -casualidad- de charlar sobre las melenas “leoninas”, es decir, esas cabelleras abundantes y favorecedoras, de pelo fuerte, que añaden volumen a la cabeza y que tienen el efecto de hacer más llamativas a las personas que las poseen. La conocida expresión hace referencia a la melena del león, el llamado “rey de la selva”, cuando en realidad su ámbito es el de la sabana. De todos modos, ¿qué más da? El león tampoco sabe que es “rey”, aunque apunta maneras. En fin, tanta conversación trascendental sobre las melenas me ha hecho pensar en el simbolismo astrológico relacionado con ellas. Y es que ese simbolismo tiene su origen, como casi todo en esta vida, en el Sol. Seguir leyendo La melena “leonina”

Maléficos en Astrología Tradicional: mayor y menor

La tradición astrológica define Saturno como el «maléfico mayor» y  Marte como el «maléfico menor». Esta diferencia cualitativa o cuantitativa entre ellos, ¿tiene sentido? ¿Es realmente peor uno respecto del otro? Por mi parte, sí que veo útil o de sentido hacer la distinción de «mayor» para Saturno y «menor» para Marte. Escuchar recientemente alguna -valiosa- opinión en contra me ha facilitado aclarar las ideas que trato de explicar a continuación. Seguir leyendo Maléficos en Astrología Tradicional: mayor y menor

Marte se acomoda en Virgo por una buena temporada

El planeta Marte permanece en cada signo entre mes y medio y dos meses pero, debido al doble cambio de sentido que supone la retrogradación,  el recorrido por Virgo durará unos ocho meses. Cabe esperar un énfasis en los asuntos globales gobernados por la interacción de ambos símbolos. En lo personal, los nativos de esta configuración experimentarán el retorno del planeta y tendrán tiempo para sentirlo con más intensidad. Seguir leyendo Marte se acomoda en Virgo por una buena temporada

Carla Bruni: el embarazo en la revolución solar

La carta de la última revolución solar (carta de previsión anual que se levanta para cada cumpleaños) de Carla Bruni muestra claramente su embarazo. El Ascendente de revolución cae en la casa V (hijos) de la carta natal, Júpiter (significador tradicional de la procreación) se sitúa en el V signo de la carta de la revolución y recibe un trígono aplicativo de la Luna,

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Revolución solar 2010-2011

regente de la maternidad por excelencia. Tanto la Luna como Júpiter y el Ascendente de la carta de revolución ocupan los fértiles signos de Agua. Venus en la revolución repite el signo de la natal, Escorpio, y si aquí está en la V casa natal (hijos), en la revolución cae en la primera casa (cuerpo de la nativa).

carla-bruni-natal Carla Bruni: el embarazo en la revolución solar
Carta natal

La buena relación entre los benéficos (Júpiter y Venus) y la Luna indican un desarrollo óptimo del embarazo con las mínimas complicaciones y también la felicidad que le proporciona un verdadero deseo de maternidad cumplido. La cuadratura separativa que realiza la Luna a Saturno podría indicar búsqueda infructuosa de embarazo en el pasado reciente o un embarazo anterior fallido. La conjunción Júpiter-Urano de la revolución sobre el MC (reputación, imagen pública, profesión) natal indica el impacto benéfico que el embarazo y nueva maternidad tiene sobre su imagen pública así como la alteración de su agenda institucional.

Los signos correspondientes al elemento Agua son femeninos, la Luna y Venus también y Marte, regente de la casa V de la carta natal está en signo de polaridad femenina. Esto y el hecho de que Bruni tenga Venus en su V natal (hijas) indicaría que las probabilidades de que sea niña son altas.