La custodia planetaria y otras cuestiones en la carta de J.F. Kennedy

De haber seguido con vida, John Fitzgerald Kennedy habría cumplido hoy 96 años. Una edad avanzada, pero no exagerada para sus genes, dado que su madre, la matriarca Rose, habitó el mundo durante 104 y su abuela materna Mary Josephine cumplió los 98. Su cumpleaños me sirve de excusa para comentar algunos aspectos de su carta que me parecen interesantes.

PX-93-49-P16 La custodia planetaria y otras cuestiones en la carta de J.F. Kennedy
En esta foto ya destaca John (segundo por la derecha), el segundo hijo y futuro presidente. Ted, el noveno, no había nacido todavía.

A diferencia de sus predecesoras, JFK arrastraba desde la infancia una salud muy deficiente que escondía bajo una máscara vigorosa, radiante y muy bien promocionada. A priori no sabemos el tiempo que hubiese vivido si se hubiera desarrollado su vida hasta el final de manera natural, aunque es bien sabido que murió asesinado a la edad de 46 años.

La Luna parece ser el hyleg de su carta que, al estar en casa sucedente pero en el XII signo anticipa una salud precaria con dolencias crónicas. El dispositor de la Luna y regente de la casa de la enfermedad crónica, Mercurio, va a la Casa VIII, la de la muerte y conecta con la Luna mediante trígono y también por una recepción mutua por domicilio y exaltación. El que fue presidente de los EEUU padecía la enfermedad de Addison, que causa mal funcionamiento hormonal, campo precisamente asignado a la Luna. Esta configuración no prometía una vida larga, aún fuera por la salud y el Sol en la VIII empeoraba el diagnóstico astrológico.JFKennedy_natal La custodia planetaria y otras cuestiones en la carta de J.F. Kennedy

De todos modos y ya que estamos, vamos a hacer la cuenta de los años de vida según la recopilación y ordenación del asunto según Bernadette Brady, que se basó en los textos de Bonatti. Si la Luna es el hyleg (la ‘presencia’ de vida en la carta), Mercurio es el alcocoden, el dador de años de vida, porque es su dispositor y la aspecta; en casa sucedente Mercurio debilita su influencia, pero en la VIII (casa de la muerte) acorta todavía más el tiempo simbolizado por este planeta. De todos modos, los años medianos de Mercurio, que es lo máximo que podemos otorgarle estando en esta posición, son 48, muy cercanos a la cifra real de 46. Lo que quiere decir que sin más ‘intermediarios’, Kennedy podría haber muerto de manera natural, no ya necesariamente a los 48, pero sí a una edad mediana, es decir, sin alcanzar la vejez. Pero su carta astral natal se ’empeña’ en contarnos el resto de la historia. Mercurio está conjunto a un maléfico, Marte, que es además el regente de su Casa VII, la de los enemigos y se halla prácticamente en la maléfica VIII. Al mismo tiempo, Mercurio también se halla unido por ‘cuerpo’ con Júpiter (también en VIII), regente de la VI (enfermedad, servidores) y co almuten de la X, la de las dignidades. La ‘amenaza’ de Marte supone una resta de años y el contacto con Júpiter, que son los cuidados y la protección que le otorgó su estatus y fortuna, una suma. 48 años – 15 (Marte) + 12 (Júpiter) son 45. Kennedy murió a los 46 años y seis meses de edad.

J.F. Kennedy es una figura casi mítica para la sociedad estadounidense. Envuelto por el glamour de su esposa y la riqueza y vitalidad de su numerosa familia de origen, suele alcanzar las máximas puntuaciones en encuestas a la población sobre presidentes favoritos o más importantes, pero su ‘reinado’ en términos legislativos es más bien pobre. Se celebran sus discursos, que son piezas ya históricas, siendo precisamente un nativo solar de Géminis (comunicación, escritos, hermanos), estando este signo en la que encuentro que es la casa de la posteridad, la IX, pero cabe interrogarse sobre la dimensión de esos discursos sin el esplendoroso escenario que preparó la tragedia perfecta: el asesinato del presidente y al mismo tiempo, el del sueño americano que había emergido tras la II Guerra Mundial.

586px-JFK_and_family_in_Hyannis_Port_04_August_1962 La custodia planetaria y otras cuestiones en la carta de J.F. Kennedy
Camelot o la perfección.

Efectivamente, además de atractivo (Ascendente en Libra), en la carta de Kennedy hay poder y elevación. Su Sol natal va precedido en el sentido de la rotación (de este a oeste) por varios planetas, siendo el primero de ellos Júpiter, dispensador de riqueza y honores. Los planetas que preceden al Sol, siendo orientales a él, pueden ser sus custodios, asistentes o doríforos, a la manera de los embajadores o heraldos de un rey, que en Astrología está simbolizado por el Sol. Los doríforos bien dispuestos realzan al luminar al que acompañan, ayudándole a alcanzar un destino elevado. La custodia del Sol tiene mayor relevancia en carta diurna, siendo Júpiter también planeta diurno y el gran benéfico de la carta. Para que esta ‘custodia’ de un planeta al Sol sea más redonda todavía, el planeta asistente o doríforo ha de estar relacionado con algún ángulo importante: Júpiter, aquí, es el co almuten del Medio Cielo en Cáncer, precisamente el ángulo relacionado con el estatus y la proyección profesional y social, en el signo donde el gran benéfico tiene su exaltación. Júpiter se halla, además, a la distancia perfecta del Sol para ser su doríforo o ‘heraldo’: los 15 grados aproximadamente que propician que el planeta de la abundancia emerja de los rayos del Sol; esta situación se llama ‘elevación heliacal’, y marca un momento de gran importancia para el planeta, puesto que es entonces cuando comienza de nuevo a crecer en luz después de semanas de ocultación -entre parcial y total- bajo la luz del astro y meses menguando también en luz; la elevación heliacal es una fase que recuerda la vitalidad de los primeros rayos de la Luna nueva. Así, con la custodia de Júpiter al Sol, no me extraña que Kennedy fuera el miembro más popular y ‘elevado’ de una familia considerada ‘realeza’ a la americana.

Pero más allá de Júpiter, en el sentido también de la orientalidad, encontramos a Mercurio, regente de la Casa XII de la enfermedad crónica y los enemigos secretos; completando el trío de planetas conjuntos, hallamos a Marte, que como ya he dicho es regente de la casa de los enemigos declarados (los que, a diferencia de los de la XII, sí que quedan a la vista). La conjunción de Júpiter, Mercurio y Marte, que preceden por este orden al Sol, se halla en la Casa VIII, la de la muerte. Ésta casa es la de mayor realce de toda la carta, porque además de este trío en conjunción, también está allí el astro principal de la secta diurna, el Sol (vitalidad) y Venus, regente del Ascendente y almuten de la carta. Si en Astrología moderna se vincula la Casa VIII también con el sexo y aquí parecería razonable hacerlo dada la fama de promiscuo e infiel del presidente, yo prefiero mantener para el sexo la V y la VIII para las pérdidas y muertes (en plural, ya que experimentamos muchas a lo largo de la vida). Porque también es verdad que JKF, debido a su enfermedad, tuvo que ser muy consciente de la muerte desde temprano.

598px-ARC194238-JFK-Robert-Edward-300x300 La custodia planetaria y otras cuestiones en la carta de J.F. Kennedy
Tres hermanos en la Casa Blanca.

Marte es pues, el último planeta que precede al Sol. En cúspide de VIII, exiliado y cuadrando a Urano, es fácil ver una muerte abrupta, incluso violenta; resulta que antes de la suya, estuvo la de su hermano mayor, el primogénito, fallecido en un vuelo durante una misión muy peligrosa durante la II Guerra Mundial. Precisamente la muerte de su hermano mayor hizo recaer en él las ilusiones de grandeza de sus padres. Júpiter (la presidencia), Mercurio (hermanos, enemigos secretos) y Marte (la muerte por asesinato) también narran el ascenso a la cumbre política, asistencia de hermanos, conspiración de enemigos y muerte violenta del segundo hijo de Rose y Joseph Kennedy. Marte aquí también es un asistente del Sol, pero maléfico y de secta contraria, lo que indica peligro y posibilidad de desgracias. Y Marte es precisamente el planeta que se encuentra en el segundo decanato del signo fijo de Tauro, es decir, en grados Avatar, los que parecen estar activados casi siempre que hay un personaje que resulta ser un emblema para el colectivo, alguien con dimensión histórica. Y es la muerte violenta durante un viaje interior (Mercurio, Júpiter regente de Casa III) la que redondea la tragedia que es posible que sea el verdadero sustento de este mito americano.

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“Jack and Lem”

Para terminar el post, la carta de Kennedy es sorprendente, porque indicaría homosexualidad o bisexualidad (esta última más probable, dada su historia conocida). No me refiero tanto a Urano en la cúspide de la Casa V como a la conjunción de Marte y Mercurio en signo ‘femenino’ y en cuarta ‘femenina’. No desarrollaré más ahora este aspecto de la carta y su justificación astrológica, pero sí que me gustaría comentaros que al ver esta disposición, he indagado en internet y me he encontrado con una bonita historia, que quizá es la última que merezca la pena contar sobre JFK: la relación más larga e ininterrumpida de su vida, desde la adolescencia hasta su muerte, con su inseparable Lem Billings, su amigo gay. Incluso en la Wikipedia podemos leer que tenía habitación propia en la Casa Blanca. Si Jackie era la “first lady”, a Lem se le llamó el “first friend”. ¿Fue una amistad, un amor platónico o una historia de amor consumado? Siempre me extrañó la proclamada gran vitalidad heterosexual del presidente a la vista de su muy pobre salud. ¿Puede realmente un hombre en sus condiciones físicas, aquejado además de fuertes y frecuentes dolores de espalda, mantener relaciones sexuales abundantes y frecuentes con tantas mujeres como se dijo? Las aventuras extramatrimoniales, ¿fueron un invento o en cambio, un intento por su parte de reafirmar su heterosexualidad? Más nos valdrá que no esperemos grandes certezas, si se trata de la historia de John F. Kennedy.

 

 

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