La carta del lanzamiento -y explosión- de la bomba atómica en Hiroshima, la primera de ese tipo lanzada en el marco del final de la II Guerra Mundial, hace hoy 67 años, muestra el mapa astral de un crimen. La frase del título del post corresponde a la exclamación del copiloto del bombardero Enola Gay al observar la explosión de la bomba. En ese momento terrorífico puede que se arrepintiera de haber colaborado en un asesinato masivo.
El astrólogo Charles Carter señaló el 17º de Géminis y Sagitario como de crimen u homicidio. En ese grado se ubica precisamente el Medio Cielo de la carta, que señala el ‘objetivo’ del lanzamiento de la bomba, el mismo donde se ubica significativamente el planeta Urano, que podríamos asociar a los eventos bruscos y repentinos y, frecuentemente, de naturaleza maléfica. El Medio Cielo en Géminis, signo doble, señala más de un objetivo. El 9 de agosto se lanzó una segunda bomba en Nagasaki.
Cerca de Urano, en el orbe de la conjunción, encontramos a Marte, el planeta de la violencia y de la guerra, representante también de los militares que realizaron la misión, regente de la casa III (medios de transporte: el avión) y de la VIII (muerte), conectando ambas casas. La combinación de Marte y Urano se resuelve en violencia repentina asociada a la tecnología punta.
Me parece muy curioso de qué manera tan literal se manifiestan a veces los símbolos. El Ascendente de la carta está en el signo de Virgo, análogo al detalle y a lo diminuto, mientras que la bomba fue bautizada con el inofensivo nombre de Little Boy (niño pequeño). Ironía para abordar una acción de devastación y sufrimiento.
El eje de los nodos de la Luna, muy activo y presente también en eventos colectivos, se halla apenas a medio grado del punto medio Marte/Plutón, constituido por dos maléficos. Ebertin describe este punto medio: “Poder -fuerza, brutalidad- sobrehumano. (…) La consecución de los propios objetivos mediante la crueldad sobre los demás”.
Creo que la radiación puede estar representada por la combinación de Urano y Plutón a través de sus ciclos. Plutón está conjunto al Sol y el astro se halla en la casa XI, la de los grupos (quizá representando a los aliados) y XII signo, el sector más desgraciado de la Astrología clásica: un gran plan secreto (XII) para el ejercicio y alarde (Leo) de un poder brutal (Plutón). El Sol está a mitad de un signo fijo: una vez más, los grados Avatar señalan un evento colectivo, una gran masacre esta vez, que tendrá su eco duradero en la Historia.