Las elecciones generales del pasado domingo han supuesto un cambio enorme en la distribución de fuerzas políticas en el Parlamento español.
Revisando lo dicho en el post anterior, se han cumplido los augurios de debilidad para el partido del Gobierno (PSOE), anunciados por las encuestas -otras veces no tan fiables- y sobre todo por ese Mercurio (Gobierno, PSOE) exiliado, lento y a punto de retrogradar de la carta de las elecciones 20-N. La próxima retrogradación expresa la revisión ineludible que han de efectuar los socialistas, que seguramente se efectuará en el próximo congreso del partido; la colocación del planeta en Sagitario, poco adecuada para Mercurio, podría hacer dudar del éxito de esa reflexión pero quizá este tema exceda del ámbito de la carta de las elecciones. Tendríamos que ver las efemérides para el inicio del congreso. ¡Ojalá se les ocurra publicar la hora de inicio!
Por su parte, el PP ha conseguido la mayoría absoluta, que ya señalamos a través de ese Saturno exaltado en Libra en la casa del Parlamento, la XI. Rajoy, asomado al balcón de la sede del partido la noche electoral era la viva estampa de un Saturno exaltado en Libra: contento (exaltado) pero contenido (Saturno); triunfador (exaltado) pero emitiendo un mensaje de equidad (Libra): “no habrá sectarismo”. Y es que con Saturno en danza, más vale ser prudente.
Creo que la carta expresa bien la paradoja del triunfo arrollador (Saturno exaltado en XI) de un partido cuyo representante astrológico no es fuerte (Júpiter retrógrado) pero sí está muy apoyado (recepción mutua con Venus, dispositora de Saturno). Y es que el escrutinio revela que el PP sólo ha crecido en unos 600 mil votos respecto de 2008 e incluso ha obtenido un número inferior al del PSOE en esas elecciones, pero gracias al sistema electoral vigente, ese aumento no tan notable ha supuesto 32 (!) escaños más debido al hundimiento del PSOE y al reparto del voto entre partidos minoritarios. El agravio comparativo con estos últimos en cuanto al reparto voto/escaño es abrumador.
La jornada transcurrió con normalidad (la Luna no estaba aspectada por ningún planeta violento), pero la “deuda” (Luna regente de la VIII, únicamente mal aspectada), gran protagonista del momento económico, se agravó todavía más con el aumento de la prima de riesgo horas después de conocerse el resultado electoral.
Ese Marte en Virgo en la IX que me intrigaba tuvo también su encarnación en la Tierra: la IX es la casa de la Ley y la religión, pero también la de la ideología. Marte es un planeta extremo y asociado a lo militar, y en ese sector representa, pues, ideologías extremas que podríamos asociar con el acto ultraderechista que hubo el día anterior, en la jornada de reflexión, que sirvió como homenaje al fundador de la Falange. El día de las elecciones coincidía con los aniversarios de deceso de Franco y de Primo de Rivera. La relación del acto con la jornada electoral es clara: como los mismos falangistas protestaron, la reforma de la Ley Electoral les había dejado fuera de las elecciones, así que es de imaginar que el voto para los falangistas -que hay que reconocer que tampoco es muy abudante- habrá ido a parar al PP (Marte trígono Júpiter).
Si el extremismo ideológico representado por Marte en la IX sigue siendo protagonista en los tiempos que vienen, es algo que iremos viendo. Cabe preguntarse qué pasará o qué presiones puede haber en torno a la Ley de Memoria Histórica, entre otros asuntos (aborto, matrimonio homosexual…).
Creo que se puede añadir otro significado al Marte en Virgo en la IX, X signo: la impaciencia (Marte) de las autoridades extranjeras (IX) o de los mercados en la aplicación de las medidas económicas, es decir, recortes (Marte “corta”, “separa”); Marte está en trígono a Plutón (transformación, eliminación) en la II (dinero). Virgo, donde se halla Marte, y donde permanecerá unos meses, está asociado a la “higiene”: hay que descartar los gastos que no se consideren apropiados… ¡Ya!