Usando una expresión muy recurrida, podríamos decir que comienzan a apagarse los ecos de la noticia del fallecimiento de Steve Jobs, fundador de Apple y de Pixar, y una de las personas más influyentes del mundo durante casi tres décadas.
Conforme baja la marea emocional, la retirada de las aguas ha dejado a la vista también las imperfecciones del genio: que si fue un jefe agrio y exigente, que si era muy creativo pero no hasta el punto de ser considerado un Einstein porque no inventó nada, que si al fin y al cabo no fue más que un empresario que se enriqueció…
En estos tiempos, las beatificaciones -y a veces las subsiguientes desmitificaciones- van rápido. Ahí tenemos el ejemplo del primer escalafón en la subida a los altares de Juan Pablo II este mismo año en Roma durante una hermosa y excepcional doriforia. Quizá a esta demanda de velocidad en cualquier “proceso” de la vida haya contribuido el propio Jobs con la constante reelaboración de sus dispositivos, gadgets que han influido en los de su especie en el mundo entero y que seguramente están reconfigurando los circuitos neuronales de sus usuarios y elevando la impaciencia a la primera de las virtudes globales.
Desde la Astrología -o desde mi particular punto de vista astrológico- la balanza se inclina hacia la excepcionalidad del personaje, y se podría decir que Steve Jobs tenía la carta astral de alguien destinado a impactar en el mundo y en la conciencia colectiva, es decir, que tenía papeletas para llegar a ser un personaje histórico. Voy a tratar de explicar este punto.
Mercurio, regente del Ascendente, que acumula algo de dignidad esencial por triplicidad y decanato, es también regente del MC (profesión, estatus social) y el planeta oriental (determinado hacia la profesión), y va a parar a la casa V -pero VI signo- que, al ser sucedente, indicaría una posición mediana en la vida; el éxito, sin ser espectacular, podría llegar pero no pronto. Esto no nos encaja en lo profesional para la carta que estamos analizando, aunque los retrasos e impedimentos del VI signo y de un Mercurio estacionario sí podrían tener sentido aquí si nos atenemos al significado relacionado con la enfermedad, que seguro ha condicionado su trabajo sobre todo en los últimos años. Pero hay que seguir indagando.
En la carta astral natal llama la atención, frente al poco lujoso Mercurio, un Júpiter exaltado -aunque retrógrado- en Cáncer en la casa X, que forma parte de una gran cruz cardinal. Esto ya indicaría de por un gran espíritu emprendedor y posible éxito profesional. Júpiter está además en el XI signo que correspondería a su casa de gozo, la XI.
Este Júpiter está conjunto a Urano en el tercer decanato de Cáncer. Jobs nace justo al inicio de un nuevo ciclo de ambos planetas, periodo que suele conllevar una gran efervescencia en el desarrollo de nuevas tecnologías, sobre todo las que suponen una ruptura de los límites conocidos (Urano); Júpiter exaltado es además difícil de saciar. La siguiente conjunción al nacimiento de Jobs se produjo en Libra y coincidió con la llegada tripulada a la Luna precisamente con el Sol en el mismo decanato de Cáncer ocupado por Júpiter-Urano en esta natividad, lo que parece ser la culminación del ciclo iniciado en la época de nacimiento de Steve Jobs. Esta conjunción señala la importancia que habría de tener Jobs en la expansión (Júpiter) de nuevas tecnologías (Urano); podríamos decir también que el desarrollo de su vida coincide y está íntimamente relacionado con el del crecimiento y despliegue de esas nuevas tecnologías que trascienden las barreras culturales conocidas, que la unión Júpiter-Urano formaba parte de su ser hasta el punto que ha muerto el año de una nueva conjunción (final e inicio de nuevo ciclo) en el signo de Piscis. Pero muchas otras personas nacieron con esa configuración. ¿Por qué él, entonces? Han de confluir varios factores.
Según la Astrología tradicional, uno de los principales elementos a considerar cuando se trata de la elevación del nativo y su bienestar material son los regentes de triplicidad de la luminaria principal de la carta: el Sol si es un nacimiento diurno y la Luna si es nocturno. Para la prosperidad los helenísticos priorizaban la ubicación de los regentes en signos angulares (dignidad accidental) y los astrólogos medievales parece que preferían la dignidad esencial. Vamos a probar con un mix.
El nacimiento se produjo por la noche y por lo tanto domina la Luna. No está demasiado bien situada en el VIII signo que, junto con el Sol en la VI, indica una salud precaria. La Luna está en Aries, en casa VII (angular) mostrando un temperamento individualista, emprendedor, motivado por hacer su propio camino en vez de seguir sendas trilladas. Pero la Luna no tiene ninguna dignidad en este signo: está peregrina. Los planetas peregrinos adquieren la dignidad del regente, que en este caso es Marte domiciliado (digno) en su signo Aries, aunque en el último grado y al borde del exilio en Tauro. Está además vacío de curso: la Luna no lo alcanza antes de que cambie de signo, como si fuese la propia madre biológica que escapa de su maternidad. Tenemos pues aquí una primera dignidad que se desvanece rápidamente. Pero esta posición de Marte respecto de la Luna supone una configuración especial: Marte, planeta nocturno, es el asistente de la Luna porque va tras ella en el sentido de la rotación diaria. Se trata de una doriforia y aparece -según su calidad– en temas natales de personajes encumbrados.
Siguiendo con la triplicidad, los regentes nocturnos de la de Fuego donde se halla la Luna son Júpiter, Sol y Saturno. Algunos astrólogos helenísticos y tradicionales sólo considerarían los dos primeros. Ese Júpiter tan bien situado en casa y signo es tanto el primer regente de triplicidad de la Luna como el de la Fortuna. El segundo regente es el Sol, situado en Piscis en casa VI pero en VII signo; la situación en el VII signo sería angularidad suficiente para un astrólogo helenístico. El Sol está peregrino, pero adquiere la dignidad de su dispositor, Júpiter. El tercer regente de triplicidad es Saturno. Está cadente, la peor situación para los helenísticos, aunque es el tercer regente y según autores no sería necesario tenerlo en cuenta, pero vemos que está en trígono a Júpiter y en sextil a Venus, regente de la casa II (dinero) situada en la V casa y signo (creatividad; casa del gozo de Venus), recibida por Saturno en Capricornio, con lo que tenemos conectados el dinero y la creatividad con la proyección social y profesional (Júpiter) a través de un poderoso intelecto (Saturno en III), constante, incansable, empeñado en transformar (Escorpio) la realidad, trascender los límites (trígono a Jupiter-Urano), materializar las ambiciones (signo fijo). Si añadimos que la Luna de la natividad es creciente, tenemos el cuadro bastante completo para delinear la fortuna material “creciente” de este individuo.
Pero Steve Jobs no fue sólo un empresario más, ni un millonario anónimo. El Ascendente Virgo, que lo define como una persona trabajadora, atenta a los detalles, de apariencia sobria y discreta (además por el sextil de Saturno al Ascendente), tiene de regente a Mercurio en Acuario, desconectado del Ascendente porque está en relación de quincuncio con él, lo que influyó también en sus problemas de salud (está en casa VI). Pero Mercurio está en un grado muy poderoso, el 15º de un signo fijo, es decir, un grado Avatar, un creador que “responde” a la demanda inconsciente colectiva con su creación: esta es la clave de su papel y su poder en el mundo que, pese a algunos, llega a ser preponderante en los ámbitos descritos por Mercurio (comunicación) en Acuario (nuevas tecnologías, nuevos órdenes sociales influidos por los medios tecnológicos; Internet, relaciones en red) en la VI (rutinas diarias): el rol del fundador de Apple ha sido fundamental en el proceso histórico de incorporación de las computadoras al ámbito doméstico para lo que ha habido que hacerlas progresivamente más pequeñas (Virgo, el signo del Ascendente). Una vez más es Saturno en III en Escorpio, cuadrando a Mercurio en Acuario (domicilio de Saturno), quien “conecta” este planeta (que representa al propio Jobs por ser el regente del Ascendente) con el resto de la carta, poniendo en una danza armónica todas las piezas de un juego que dio unos resultados excelentes en el plano material, personal y colectivo. Que conste que no soy cliente de Apple.
A otro nivel, no cabe duda de que la gran cruz cardinal que forman Júpiter con Venus, Neptuno y Marte, agravada por la retrogradación del primero y su situación fuera de secta, sería el principal indicador del cáncer que acabó con su vida a pesar del gran dominio mental (Saturno III Escorpio) que llegó a ejercer sobre su salud y su cuerpo y que le permitió vivir siete años frente a los pocos meses que le pronosticaron en un principio. Es probable que la enfermedad supusiera una nueva guía para él e influyera en sus decisiones empresariales, además de en las vitales.
En fin, Jobs seguirá teniendo su seguidores y sus detractores porque la sombra del CEO de Apple cobijará empresa y seguidores cuatro años más en una especie de dirección póstuma de la empresa, que es el tiempo aproximado que quedaría para el segundo retorno de Saturno al lugar natal en Escorpio, como si hubiese querido cerrar ese ciclo de su horóscopo. ¿Casualidad o elección astrológica? Pasado este signo, Saturno llegará a Sagitario, el signo de la IV casa de Jobs, la de los finales, la tumba, lo que representará su segunda muerte o la muerte definitiva. De todos modos, ese Júpiter tan relevante como regente de la IV podría significar un liderazgo póstumo en su país natal (Júpiter en Cáncer), quizá inagotable.
¡Magnífico análisis! Muy riguroso
Me gustaría añadir, de todas formas, que podemos considerar que su Mercurio se encuentra aún más fuerte al hallarse estacionario, ya que focaliza su energía en ese punto (15º de Acuario), en ese grado Avatar que señalas.
Muchas gracias. La estación de Mercurio para los helenísticos podría ser una fortaleza pero para los clásicos sería una debilidad. Yo todavía no lo tengo claro. Quizá, como tú dices, sí que sea una fortaleza y haya supuesto un énfasis en ese grado. Muy oportuno tu comentario 🙂