River Phoenix era ya una estrella de Hollywood cuando murió repentinamente a los 23 años en la madrugada del 31 de octubre de 1993, día de Halloween, a la salida del Viper Room, un local nocturno de Los Angeles participado por Johnny Depp. La causa: una combinación letal de varias drogas y alcohol.
En astrología diríamos que las sustancias tóxicas que tomó aquella noche no serían causa, sino detonante, instrumento, medio. River Phoenix había llegado al límite de su vida y tenía que franquear la puerta con una u otra llave.
El joven actor tenía un mapa natal diurno; el regente de la secta predominante, el Sol, está en el signo de Virgo, definidor de su querencia por un estilo de vida sencillo y por la comida frugal y vegana. Mercurio, que en Virgo está doblemente dignificado por domicilio y exaltación, extiende su dignidad al Sol y éste se eleva, además, por estar en la Casa X, la de la profesión. Al mismo tiempo, Marte es el regente del Ascendente, es decir, el planeta que representa la identidad en acción, y es el planeta más elevado de todos, muy cerca del ángulo del Medio Cielo, en el artístico signo de Leo, relacionado con las tareas escénicas. En una cadena de disposición, Marte ‘recoge’ la dignidad del Sol y éste de Mercurio, con diferencia el que reúne mayor dignidad esencial de toda la genitura. Mercurio está en la Casa XI, la casa de los amigos y la de las aspiraciones. No cabe duda de que en su mayor parte, las aspiraciones encuentran su oportunidad de realización gracias a los apoyos, a la gente que nos presta su ayuda, que nos entiende y respalda sin pedir gran cosa a cambio, es decir, gracias a las amistades. No es casualidad que en astrología, la Casa XI sea la más afortunada de todas.
Pero su carta también muestra una grave debilidad vital. Buscando el hyleg, depositario de la fuerza vital de la carta, descartamos el Sol porque no aspecta a Mercurio ni a Venus, los dos regentes de su grado por domicilio, exaltación, triplicidad y término. Nos dirigimos, pues, a la Luna, que al hallarse en casa angular y signo femenino es apta para su consideración. La Luna sí aspecta regente de su término, que es Marte, así que tenemos la Luna como hyleg y Marte como alcocoden, el planeta dador de años de vida. Deberíamos prestar también atención a Venus en Libra, que es el planeta almuten de los grados significativos para el hyleg y puede suponer otro anclaje a la vida, pero Venus no puede contribuir a la fuerza vital porque está cadente, fuera de secta y en mala recepción con el Sol y con Marte.
Siguiendo con el tema del alcocoden, el máximo de años que concede Marte son 66 y esto en el caso de que se halle angular o sucedente y observando otras cuatro dignidades, según explica Ben Ragel en el Libro Conplido. De todas ellas, Marte falla claramente en una: el planeta está fuera de secta porque la carta es diurna y Marte está asignado a la nocturna, donde despliega mejor sus cualidades. Así que, según Ben Ragel, hemos de quitarle a los 66 años, un quinto (13,2), lo que deja la expectativa máxima de vida del alcocoden de River Phoenix en 52,8 años.
A continuación, hemos de observar los aspectos que recibe Marte, el alcocoden, porque ello también afecta a la suma total de años de vida. Hay aspectos benéficos que añadirían años y otros maléficos que restarían. Si seguimos el método de Bonatti (elaborado por Bernadette Brady), llegamos a una cifra impactante. Según este método, de los aspectos que recibe Marte hemos de tener en consideración sólo la cuadratura de Saturno que, al ser maléfico y hallarse en casa angular, le resta 30 años de vida (!). Saturno es por tanto el anareta, el planeta que mata y la cuenta final es 52,8-30= 22,8 años. River Phoenix murió poco después de cumplir los 23.
Si ello no fuera bastante, la carta de su revolución solar para 1993 señala Géminis en el Ascendente, siendo ese signo el de la Casa VIII (muerte) de su carta natal. Mercurio, regente de la casa de la muerte natal, ocupa en la revolución solar el grado 24 de Leo, en el que se superpone al Marte natal, regente del Ascendente del actor. En la misma revolución solar tenemos a Mercurio, regente del Ascendente, recibiendo una oposición de Saturno, regente de la VIII de esa carta.
A todo esto acompaña que Mercurio era el planeta regente de la Fardaria (sistema de periodos planetarios) vigente en octubre de 1993 y Saturno el subregente, estando ambos relacionados con la muerte: Mercurio por ser el regente de la VIII casa natal y Saturno por ser el anareta.
Deliberadamente no he hablado de los tránsitos porque aunque los del día de la muerte son marcados y muy duros, no habrían tenido un efecto tan trágico de no ser por la debilidad del tema natal, la contundencia de la cuenta de años, la dureza de la revolución solar y la coincidencia del período nefasto de las fardarias. Por eso no debemos temer los tránsitos ‘en crudo’, sino que hay que tener en cuenta muchas otras cosas antes de anticipar que una cuadratura de Plutón al regente del Ascendente, como en este caso, sea señal de muerte. En la gran mayoría de los casos, ni mucho menos.
Por otro lado, es recurrente asociar la adicción a las sustancias con los aspectos entre Neptuno y Marte y/o la Luna, como queda reflejado también en el mapa natal de Phoenix. Pero sin el recurso del planeta transaturnino, sólo con los planetas clásicos, creo que la cuadratura entre la Luna y Marte estaría acercándonos a parte del problema, que sería la combinación de hedonismo (Luna en Tauro) impulsivo y difícil de colmar (cuadratura con Marte), estando el ámbito de la profesión y la fama (Marte en Leo conjunto al Medio Cielo) implicados.
Por otro lado, Saturno es el señor tradicional de los venenos y es precisamente el anareta, el planeta que mata y lanza la cuadratura a Marte desde Tauro, signo que rige la boca y el proceso de tragar. Literalmente tendríamos aquí un veneno que se ‘traga’ como causa de la muerte. Saturno está en VII (pareja) y rige la III (hermanos) y la IV (familia de origen, padre). Es fácil suponer que los ‘venenos’ que tomó (la combinación de drogas y alcohol) fueron compartidos por su pareja y hermanos (le acompañaban la noche de su muerte).
Más atrás en el tiempo, este Saturno que representa la muerte en esta carta, al regir la III y la IV simboliza también las circunstancias familiares y el medio ambiente de la crianza, que me hace pensar en una herida antigua por la que se ‘coló’ la tendencia autodestructiva que le llevó a la muerte: los hermanos Phoenix tuvieron una infancia errática -como poco- por la dedicación de sus padres como misioneros de la secta Niños de Dios. En aquellos años vivieron incluso en una pobreza extrema. No me puedo imaginar lo que puede ser el hambre para un nativo con la Luna (alimentación) en Tauro, signo de gusto, paladar y afición culinaria. Hay heridas que cuesta cicatrizar. Como hemos dicho antes, la Luna (cuerpo, emoción, líquido, alimentación, madre, sangre) está cuadrada a Marte: un deseo de alimento que es un hambre punzante, urgente y difícil de colmar.