Las Lunas Llenas suelen traer anuncios que frecuentemente están relacionados con las casas ocupadas por la oposición Luna-Sol. La de anteayer, además, fue un eclipse, que trae el simbolismo del oscurecimiento de la Luna, arquetipo de lo femenino. El eclipse lunar en Géminis (juventud) con el Sol en la Casa de la muerte (VIII) nos ha traído el anuncio del fallecimiento ayer de la quinta víctima del terrible suceso en la fiesta de Halloween del Madrid Arena, el Thriller Music Festival. Veremos cómo la Luna en Géminis está estrechamente relacionada con las cartas de los acontecimientos.
De los datos que se van conociendo, la fiesta comenzaba oficialmente a las 23 horas del miércoles 31, según el permiso solicitado por la empresa organizadora al Ayuntamiento. Según el testimonio de una chica, la música paró de 3 a 3:30 h. de la madrugada del día 1 porque el recinto se estaba preparando para el momento estrella de la noche: la actuación del DJ Aoki, celebridad norteamericana que había creado mucha expectación.
Finalmente y confirmando la última hora mencionada, la hora más ajustada al momento de la avalancha mortal podría ser la de las 3:33 h., según recogen las cámaras de seguridad, que produce un gráfico muy significativo. Marte, planeta en esencia maléfico, rige la Casa VIII (muerte) y se halla situado en la IV junto al Bajo Cielo, ángulo con el que forma conjunción estrecha. La relevancia de Marte en esta carta se acentúa por ser el dispositor del Sol en Escorpio y de Saturno, conjunto al Sol, regente de la VIII (muerte) en Acuario (grupo) de la carta de las 23 h., la hora oficial de inicio de la fiesta.
El Sol peregrino en Escorpio -dispuesto por Marte-, que simbolizaría la máxima autoridad de la carta, reflejaría la deficiente organización y la toma de decisiones inadecuada, tanto en el origen de los incidentes como a la hora de solucionarlos, que tendría fatales consecuencias. La conjunción con Saturno indicaría cierto inmovilismo, falta de reflejos y lentitud a la hora de emprender las acciones necesarias. A las 3:33 h., el Sol también es co almuten de la VIII, la casa de la muerte.
Ambas cartas, la del inicio de la fiesta y la del suceso, tienen muchos elementos interesantes que destacar, pero quiero centrarme en un punto que me parece primordial: la oposición Marte-Júpiter, estando Marte en IV y Júpiter junto al Medio Cielo. Ese Júpiter en Géminis en el lugar más elevado de la carta (escenario) parece representar la gran expectación que rodeaba a la estrella de la noche, DJ Aoki -además de origen extranjero (Júpiter)-, es decir, la gran fuerza motivadora en la organización de la fiesta, relevante en los acontecimientos de aquella madrugada que tiene su reflejo y consecuencias en la oposición Marte-Júpiter.
Conforme avanzan las investigaciones va quedando claro que el exceso de aforo fue la causa primordial del caos y las avalanchas. En este sentido, y en relación a la oposición Marte-Júpiter, diversas fuentes -incluído el testimonio que cito más arriba- mencionan la concentración fatal de jóvenes en el vomitorio que parecía dividirse en caminos contrapuestos: mientras una parte de la ‘corriente’ humana pretendía alcanzar la pista central y con ello la cercanía al DJ, otra corriente se esforzaba por salir de esa pista para alcanzar las plantas superiores o sencillamente salir del recinto, precisamente debido a la alta concentración de gente, ya que en la pista central apenas había movilidad.
La oposición entre Marte y Júpiter representa muy gráficamente la confrontación, falta de acuerdo, ‘oposición’ de fuerzas, de voluntades, en dos signos que representan caminos o trayectos dobles (Sagitario y Géminis). Al mismo tiempo, puede resultar peligroso, como es el caso de esta carta, que Marte entre en contacto con Júpiter. Este planeta, en esencia, es el principio expansivo, generalmente benéfico. Pero el Júpiter de esta carta se halla en unas condiciones especialmente penosas: está retrógrado, exiliado y es planeta diurno en carta nocturna. Júpiter, el gran benéfico, transforma aquí su fe y optimismo en imprudencia, en la ceguera ante los problemas, en la confianza absoluta que conduce al desastre. Así, este Marte que ya no se encuentra bien colocado en Sagitario, porque un signo de Fuego acentúa sus cualidades extremas, por su contacto tenso con Júpiter ‘crece’, traspasa los límites admisibles y con ello aumenta su impaciencia natural, la incapacidad para ceder, tendencia a imponerse que puede llegar a la agresión. Nadie sujeta ni suaviza a Marte: Saturno, el planeta de los límites, se halla combusto (oculto: ¿dónde están los responsables?) y en el signo contiguo al de Marte, así que no lo alcanza porque no lo ‘ve’. Saturno, desde su posición en Escorpio, tampoco ‘ve’ al desenfrenado Júpiter en Géminis, tan necesitado esa noche de freno saturnino: prevención, temor o al menos un ‘jarro de agua fría’. Por supuesto, aquella noche tampoco hubo límites para la fiesta (Júpiter): a pesar de las víctimas mortales, la celebración no fue interrumpida y siguió hasta aproximadamente la hora prevista, lo que se ha justificado como medida para evitar el pánico.
El resultado fue la muerte de cuatro chicas, “asfixiadas por compresión torácica“. Géminis, signo donde se halla Júpiter, es el asociado a la región del abdomen donde se alojan los pulmones, los que también rige. Así, Júpiter, retrógrado y exiliado en ese signo, recibe una oposición mortífera de Marte con el resultado conocido. Mercurio, regente de Géminis, tampoco puede ayudar: se halla a su vez exiliado en Sagitario (recepción mutua negativa con Júpiter) y lento, a seis días de su retrogradación. Esta ‘lentitud’ se presenta problemática, por cuanto Mercurio es regente del Ascendente, está en la III (caminos) y es regente natural de la juventud. En sentido literal, sería como decir que están en mayor peligro los jóvenes más lentos, menos rápidos.
A las 3:33 h., el eje del Medio Cielo-Bajo Cielo está en los grados que Charles Carter recoge como de crimen u homicidio. La imputación recibida por algunos de los implicados en el caso –por el momento– es precisamente el delito de ‘homicidio imprudente’, imprudencia a la que aludían tanto Marte como Júpiter.
La carta del inicio de la fiesta
Supuestamente, como he mencionado antes, la fiesta comenzaba sobre las 23 h. No he podido encontrar otra constatación que la del permiso que la empresa solicitó al Ayuntamiento para celebrar el evento.
La carta de las 23 h. representa algún que otro peligro escondido, como es tener la Luna, regente del Ascendente en Cáncer, situada a sólo un grado de la posición del eclipse solar previo en 0º 20′ de Géminis, que supondría un grado crítico. Este signo tiene analogía con la función pulmonar, como he expuesto antes, pero también representa el proceso de aprendizaje e integración en el entorno inmediato, por lo que se corresponde con la etapa de la adolescencia y primera juventud. Esta Luna refleja muy bien a quién iba destinada la fiesta: mayoritariamente a gente muy joven. Tanto, que se ha sabido que contraviniendo la normativa, participó en la fiesta un buen número de menores, condición de una de las víctimas mortales.
El Sol de la carta se encuentra en el V signo, cerca de la cúspide de esa casa: es el sector asociado a las fiestas, al entretenimiento. En Escorpio (muerte), define muy bien una fiesta de Halloween. La IV Casa, donde se halla el Sol, alude a la relevancia que adquirirá el inmueble donde se celebra la fiesta, a raíz de las muertes (Sol conjunto a Saturno, regente de la VIII). Las investigaciones resultantes ponen el foco en si el recinto era adecuado o no o si cumplía la normativa requerida en eventos de esas características.
Tanto la Luna en Géminis como Júpiter en el mismo signo son almútenes del Ascendente, es decir, que tienen dominio conjunto sobre ese grado. Ambos están situados en la Casa XI, la de los grupos, que para Júpiter es además la de su ‘gozo’ (muy apropiado para una fiesta), señalando la aglomeración de gente (la ‘abundancia’ de Júpiter, esta vez sin mesura por hallarse indigno) y al mismo tiempo, que a esta fiesta acudieron grupos de amigos, pandillas, parejas, como fue el caso de las víctimas.
La situación de estos planetas en la positiva Casa XI también es algo tramposa, puesto que Géminis no es el XI signo sino el XII, sector asociado a aislamiento, prisión, encierro. Eso es precisamente lo que la fiesta (Júpiter) devino para las víctimas y para los que sufrieron las avalanchas y apelotonamientos pero pudieron escapar: una prisión, una ratonera, un callejón (Géminis) sin salida (XII signo). Por otro lado, es cierto que todo pudo ser peor todavía y, para la gravedad de los incidentes que se desarrollaron y el exceso de público, el número de víctimas es relativamente bajo.
Preocupante es que la carta del inicio oficial de la fiesta no tiene ningún planeta o ángulo en signo de Tierra, lo que abunda en la falta de planificación, previsión, formalidad y rigor que se asocian a este elemento, muy necesarios para llevar a cabo con todas las garantías un evento de ese tipo. Se dice que la Tierra proporciona una naturaleza temerosa: aquí se demuestra el beneficio que, con moderación, aporta anticipar los males. Saturno, el planeta que podría compensar esta falta de Tierra aportando ‘temor’, límites y sensatez está peregrino en Escorpio, desubicado por ser planeta diurno en carta nocturna y combusto por su cercanía al Sol, es decir, ‘oculto’ tras la luz del astro. ¿Quién es ese Sol, que ‘tapa’ a Saturno? El regente de la Casa II, la del dinero.
Llamativo también que esta carta tiene la Casa VIII (muerte) en Acuario (grupo), signo regido por Saturno (que ya hemos visto que está junto al Sol-dinero). El signo de Acuario haría aquí una alusión a la muerte en grupo. Saturno tiene analogía con el aplastamiento porque es el regente de lo denso y ‘pesado’ y análogo por ello al plomo. Marte, dispositor de Saturno, es quien enlaza estas disposiciones con Júpiter en Géminis (pulmones) por oposición.
Pido disculpas si a alguien le molesta la analogía que voy a establecer a continuación: el Sol conjunto a Saturno pone el foco en Escorpio, signo que representa la ‘evacuación’ fisiológica, que tiene su reflejo en otro plano de realidad en el que llevaríamos la analogía del cuerpo humano al edificio, con sus entradas y salidas: falló precisamente la circulación o evacuación del público, proceso en el cual se produjeron las muertes (Saturno regente de VIII).
La Luna (público) en Géminis resalta la presencia femenina, se opone al débil Mercurio, su dispositor exiliado, y lanza un trígono a Venus, que está muy digna en Libra y por lo tanto, debería estar fuerte. Resulta paradójico que las fallecidas son todas chicas jóvenes, que tienen analogía con Venus y especialmente con éste: las víctimas eran jóvenes, bonitas, muy apreciadas, muy queridas.
Si la dignidad esencial de Venus es en principio, buena, veamos cómo está su condición ‘accidental’. Resulta llamativo que en esta carta, Venus está junto al Bajo Cielo, es decir, en la parte más baja de la carta o, podríamos decir, también, debajo del todo. Resulta curioso también que, a pesar del dominio por domicilio de Venus en Libra, en el grado que ocupa Venus hay otro planeta que acumula por ‘puntos’ más dignidades que el regente: se trata de Saturno, que ya hemos visto antes qué vinculaciones tiene. En principio, esto contraviene lo que se suele decir sobre el poder del planeta en domicilio, pero lo comento porque me parece digno de tener en cuenta, en ésta y en futuras ocasiones.
Otra condición que ‘rebaja’ la dignidad de Venus es su posición oriental o precedente en sentido diario respecto del Sol. Esta posición la deja inadecuadamente ‘expuesta’ y merma su capacidad benéfica’, a lo que hay que añadir un punto muy relevante que también tiene que ver con su relación con el Sol, punto fundamental de toda carta: Venus está en el signo de caída del Sol y éste a su vez se halla en el signo de exilio de Venus. Tenemos pues aquí una recepción mutua bastante negativa en la que sale perdiendo el planeta más vulnerable: Venus.
Venus recibe el trígono de la Luna y el sextil de Mercurio: esas conexiones representan la solidaridad que se desplegó entre los mismos jóvenes que sufrieron el embotellamiento, estando muchos de ellos en peligro y sin embargo, atentos a ayudar en todo lo posible, tanto para rescatar a quienes se quedaban atrapados como para tratar de reanimar a las víctimas. No cabe duda de que esa generosidad contribuyó a salvar vidas.
Venus también tiene regencia sobre la Casa IV, es decir, el edificio donde tuvo lugar la fiesta, el pabellón multifuncional del Madrid Arena. La dignidad esencial de Venus me sugiere en principio que el edificio es bello (tiene forma circular, ‘femenina’) y funcional, pero la mala recepción que he mencionado antes con el Sol en el V signo (evento de diversión, placer) representa que no es el lugar adecuado para esa fiesta de Halloween (Escorpio es la caída de Venus) o que no está bien gestionado por las autoridades (Sol). A esto también alude la oposición que recibe Venus de Urano desde el MC (equipo gestor que se precipita o improvisa) y la cuadratura desde Plutón en VI (deficiencias de las instalaciones o los servicios, también servicios médicos y personal subalterno). En este sentido, el Marte de esta carta (del que ya hemos visto qué función cumple en la de los sucesos) se halla al final de la Casa V, en el V signo. Marte aquí parece representar una función irregular de los miembros del equipo de seguridad, cumpliendo un papel involuntariamente nefasto en el desenlace de los acontecimientos. ¿Había empleados extranjeros? (Marte está en Sagitario) No quiero que se me malinterprete en este punto. Marte rige el MC, con lo que la carta deja claro que si Marte tiene una función dañina o deficiente, ello deriva del equipo organizador.
Comento aquí algo relacionado también con la carta de las 3:33 h. Desde las 23 h., con Marte en la V casa y el Bajo Cielo en 7º de Libra, es el transcurso del tiempo lo que hace avanzar los ángulos hasta el momento en que el eje del Medio Cielo-Bajo Cielo se encuentra con la oposición Marte-Júpiter, el momento probable del suceso con resultado de muerte. Es decir, en el momento en que los ángulos alcanzan esos planetas problemáticos, se manifiesta en el plano material la carga negativa de dichos planetas.
Finalmente, quería mencionar las malas condiciones de la Casa IX de la carta del inicio de la fiesta. Esta casa, asociada a la Ley, a la ética y la moralidad, se halla en Piscis y su regente, Júpiter, es el gran benéfico tradicional convertido aquí en un elemento peligroso por lo que he mencionado ya: por la retrogradación, por hallarse en el signo de su exilio (empeorada por estar Mercurio también exiliado, ambos en recepción mutua), por estar en el XII signo y por su oposición con Marte. A la vista de esta casa queda bastante claro que sí ha habido, como poco, falta de ética, irresponsabilidad e imprudencia, de lo que se deduce irregularidades y muy seguramente, infracción de la ley. Lo que también es deducible es que con el planeta representante de la IX en tan malas condiciones, la carta del inicio de la fiesta augura problemas judiciales, de gravedad si las 23 h. es la hora correcta.
Podemos ver este evento desgraciado como un suceso más o como un síntoma de un codicioso modus operandi en el que se espera que la suerte cubra los agujeros en la profesionalidad y la formalidad. Y suele haber suerte, pero no se puede ganar siempre a la ruleta rusa.
Entre ceses en el Ayuntamiento de Madrid y algunos primeros imputados, arrancó este martes la comisión de investigación del mismo Ayuntamiento. Se trata de la primera crisis seria para la alcaldesa Ana Botella desde que alcanzó el puesto. Esperemos que la debilidad de Júpiter no empañe las investigaciones ni el proceso judicial iniciado ya, porque, francamente, el planeta de la Ley no ‘promete’ en esta carta que se vaya a hacer justicia.