Fanfarrias y doriforias para una boda real

El próximo 29 de abril, día de Venus, a la hora de Júpiter, se casan Guillermo y Kate en la Abadía de Westminster. Si las audiencias fueron masivas en la boda de sus padres, ésta no se quedará atrás. Gracias a la profusión de dispositivos audiovisuales de todo tipo y a la calculadísima promoción de la boda (es decir, de la monarquía británica) vía Internet (Urano conjunto al MC, Mercurio reg. III en X), se calcula que un 25% de la población mundial -republican@s incluid@s- visualizará el magno evento. Creo que está justificado que veamos esta carta no ya como la de una boda, sino la de un acontecimiento con repercusión global para el que serían válidas las asignaciones de la Astrología Mundana.

La exhaustiva difusión en los medios de los detalles de la boda está controlada al milímetro por la propia casa real (Mercurio en Aries, dispuesto por Marte reg. X domiciliado).

boda-real-guillermo-y-catalina-en-westminster6 Fanfarrias y doriforias para una boda real

La carta del evento (sin compararla con las natales de los novios) no parece a primera vista la más propicia para el inicio de una vida en común, sobre todo por tener la Luna Vacía de Curso y, para colmo, menguante. La Luna y Venus (exiliada en Aries), significadores naturales del amor y la familia, son débiles en esta carta, aunque Venus esté angular. En cambio, los planetas masculinos están fuertes: Sol en casa X, rigiendo el Ascendente, Marte domiciliado en Aries conjunto a Júpiter, ambos en X también. En contraste con la debilidad de esta Luna, la de la carta de la boda de los padres de Guillermo, Carlos y Diana, estaba domiciliada en Cáncer en la casa IX (pero en el X signo) conjunta a la estrella Sirio. La fortaleza por signo de la Luna en esta carta probablemente indicaba la enorme popularidad que alcanzaría Diana (signo solar Cáncer), que eclipsó rápidamente a su marido, y para la que ese momento señalaba el inicio de su vida como celebridad mundial; pero la Luna -también aquí- menguante quizá anticipaba que la felicidad sería efímera o que el matrimonio no duraría.

¿Querría esto decir que el prometedor matrimonio entre Guillermo y la futura Catalina será breve o infeliz o las dos cosas? Sea como fuere, queda claro que la figura masculina sale ganando con creces: en esta carta todo parece apuntar al protagonismo del 1) novio, 2) el padre del novio y probable futuro rey y 3) los hijos varones de la pareja. También es la carta de inicio del nuevo estatus real de la prometida; además los novios ostentarán un título conjunto desde el momento del casamiento.

Guillermo está representado por el Ascendente en el regio signo de Leo, y su regente el Sol en Tauro en X. Catalina está representada por Saturno retrógrado y exaltado en Libra, angular en la IV casa, regente de la VII Acuario y del VI signo (procedencia plebeya, “inferior”, de la novia);  el significador parece apropiado porque Kate tiene el Sol en Capricornio. El significador de la novia exaltado indica que será una huésped de lujo en Buckingham, pero huésped, al fin y al cabo… La retrogradación de Saturno también es una indicación negativa. La Luna también tendría analogía con la novia; está en Piscis menguante y, como ya se ha dicho, VOC.

Recapitulando, pegas astrológicas de la hora de inicio (11 BST) de la boda:

  • Luna VOC, peregrina y, lo peor, menguante.
  • Marte, angular y domiciliado, en carta diurna. Marte es el planeta más fuerte de la carta, pero está fuera de secta (ex conditione) por lo que su ‘papel’ podría resultar inadecuado. Resulta inquietante que Marte angular en Aries sea el planeta más  potente en la carta de una boda: ‘pegaría’ más para un desfile de las Fuerzas Armadas; quizá sólo se trate de que la faceta militar del novio cobre protagonismo.
  • Venus (regente de asuntos amorosos, relaciones, matrimonio) exiliada en Aries y opuesta a Saturno (reg. VII, Kate).
  • Las pobres condiciones de los planetas femeninos podrían perjudicar a la figura femenina en esta carta: la novia, así como el afecto y la vida familiar. ¿También a la popularidad (Luna) de la pareja?

Pero al mismo tiempo, también se observan unos elementos muy interesantes…

  • La Luna Vacía de Curso es regente de la casa XII: la de los enemigos secretos. ¿Quiere esto decir que los enemigos secretos verán frustradas sus acciones? Quizá esta Luna sea más efectiva para la seguridad de la boda que el MI5…
  • Ángulos en signos fijos y regente del Ascendente en signo fijo también: el matrimonio podría resultar duradero o estable o al menos proporcionar estabilidad a la corona, que es de lo que se trata realmente.
  • Sol regente del Ascendente en X (y único planeta en X signo) en Tauro, todavía en el primer decanato del signo: larga vida al rey…
  • El Sol es el almuten del grado de Venus y co almuten del de Marte. Venus y el Sol están entonces en recepción mutua mixta de exaltación y domicilio, con lo que Venus sale reforzada a pesar de su exilio. Resulta que Venus rige la IV casa del pueblo, nación, masas populares (así como el MC en Aries es el jefe, rey). Venus dispuesta por el Sol y Marte significaría que el pueblo «ama» al Sol (Guillermo) y a Marte (monarquía): tendríamos aquí al pueblo “entregado” a la causa.
  • La Luna, peregrina, que también tiene analogía con las masas, está dispuesta por Júpiter angular y tiene como almuten a Venus.
  • Aunque el Sol está peregrino, tanto las recepciones mutuas y como la principal acumulación planetaria en Aries, exaltación del Sol, lo favorecen y refuerzan.
  • Marte (monarquía, Estado, hijos de la pareja) y Júpiter (hijos y sirvientes) conjuntos al MC, en elevación heliacal, es decir, orientales, en la fase en la que parecen como saliendo de los rayos del Sol. Esta posición ya es llamativa, pero hay otra condición (quizá derivada de ésta) que parece muy apropiada para las significaciones monárquicas de esta carta: la doriforia.

La doriforia (doríforos: “el que porta la lanza”) es un acompañamiento de los planetas a los luminares, que tiene que cumplir unas determinadas condiciones. Se puede dar tanto en el Sol como en la Luna, y quizá también en otros planetas personales. Lo que hace especiales la del Sol y la de la Luna es que los luminares han sido, desde antiguo, asociados a la realeza, sobre todo el Sol, y la doriforia parece reforzar ese estatus privilegiado.

  1. Doriforia del Sol: El Sol, planeta regente de la carta diurna, va precedido por los siguientes planetas orientales: Júpiter, Marte, Mercurio y Venus. De éstos, Júpiter y Mercurio son diurnos y Marte y Venus en cambio pertenecen a la secta nocturna (la de la Luna). Descartamos, de momento, a Venus, por estar fuera de secta. Marte, en cambio, aunque fuera de secta, está digno en su signo Aries, por lo tanto creo que aquí no «molesta». Tenemos, así, que el Sol, como en un desfile regio, va precedido por sus heraldos, asistentes, embajadores, que son Júpiter, Marte y Mercurio, siendo Júpiter el gran benéfico y Marte digno por domicilio y ninguno de ellos está combusto o bajo los rayos; estos asistentes, en Aries, “exaltan” al Sol y lo preceden en orden “protocolario”. La condición de la doriforia también pide que se produzca en casa angular, y eso es precisamente lo que tenemos aquí, siendo además el Sol el almuten del MC. La doriforia augura grandes acontecimientos, y si se da en carta natal, propicia la elevación del nativo, pudiendo acceder al trono si fuera de estirpe real, o al menos eso es lo que explican los antiguos.
  2. La doriforia de la Luna se ha de dar en carta nocturna (aunque hay autores que también la considerarían en carta diurna) porque la Luna «manda» en esa secta. Así como el Sol va «precedido», la Luna va «seguida» por sus asistentes. Por lo tanto, la doriforia de la Luna la forman planetas de su secta (Marte, Venus y Mercurio si es nocturno) que hayan salido por el horizonte después que ella. Aunque ésta no sería una verdadera Doriforia, en esta carta tenemos la Luna «atendida» por Venus, planeta adscrito a la secta nocturna aunque esté aquí fuera de secta.

La doriforia de esta carta la hace muy especial y conectada con eventos que tienen que ver con reyes y príncipes: indica que el Sol, es decir, Guillermo, es un “rey” o también que éste es un matrimonio real, de futuros reyes. Disposición astral tan significativa no podía quedar desaprovechada, así que ese mismo fin de semana (sólo dos días más tarde) se celebra la beatificación de Juan Pablo II en el Vaticano, otro evento multitudinario para la exaltación colectiva de las jerarquías celestiales y terrenas.

Por todo esto, creo que hay indicios más que suficientes para pensar que el momento de la boda ha sido astrológica y magistralmente elegido para que esta boda favorezca a Guillermo -verdadera estrella de la carta- y a la monarquía británica. El actual y eterno heredero del trono, el príncipe Carlos, tiene una carta natal armónica respecto de la de la boda (tiene los mismos ángulos). Hay que matizar que el Sol, que es el almuten del MC, está en Tauro, signo femenino, que la reina tiene precisamente el Sol en Tauro y por lo tanto ese Sol representando a la monarquía británica también la representa a ella porque son lo mismo: ella es su “encarnación”.

Otros puntos que hacen pensar que aquí hay agenda astrológica:

  • La reina Isabel tiene Marte y Júpiter conjuntos, y también Carlos (casa V). La conjunción de ambos planetas en la carta de la boda es armónica con la de esas dos cartas natales.
  • En la carta de la boda, Marte y Júpiter tienen regencia sobre la V, los hijos: esta carta favorecería por lo tanto la descendencia masculina. La fortaleza de Marte y la conjunción de éste a Júpiter serían muy favorables para que los hijos vinieran pronto y en abundancia; su posición en la casa X indica el papel sucesorio de la descendencia.
  • Venus de la boda está conjunto a la cúspide de VII de la carta del Reino Unido de 1801 (Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, 1 Ene 1801, 00:00, BST -1:00, Londres; fuente: astroamerica.com). Tanto Venus, como Mercurio, Marte y Júpiter (muy destacados por su elevación heliacal) transitan por la VII del RU (1801).
  • La conjunción de Marte y Júpiter está sobre el Sol en 21Aries03 de la carta más reciente del Reino Unido (Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, 12 Apr 1927, 00:00, BST -1:00, Londres; fuente: astrologyweekly.com), así como sobre el Ascendente en 22Aries de la carta de la coronación de Guillermo I en 1066, considerada la carta fundacional de la nación (actualmente Plutón transita sobre el MC de esta carta). Si la carta de la boda es un trabajo astrológico eleccional, parecería que pretendiera una especie de “pre coronación” del actual Guillermo. Si no ha habido “elección”, la carta refleja como mínimo la gran repercusión del evento, el momento tan importante que supone para la monarquía británica y los profundos lazos que tiene con la nación. Me pregunto si coincidirá el momento del intercambio de anillos con el paso del MC sobre Marte y Júpiter.
  • Y ya que Júpiter es el regente del Ascendente natal de Guillermo, me pregunto también si no será Marte el regente natal de Kate (¿ascendente Aries? no tengo su hora de nacimiento); la conjunción aplicativa de ambos planetas representaría muy bien a los novios unidos y encumbrados.

De todos modos, la Luna Vacía de Curso y menguante sigue sin gustarme. No creo que sea positiva para el desarrollo de la boda (Luna reg. XII: si hay problemas, no creo que nos enteremos). Ya veremos en qué se traduce y si más adelante afecta a la vida de pareja.

Para finalizar, la acumulación de planetas en Aries en la X casa de la carta se superpone al V signo (hijos) en Aries de la carta de Diana: se casa su primogénito y queda así casi culminada la principal misión en la vida de la princesa. No cabe duda de que va a estar muy “presente” en este día tan señalado.

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