Tras muchas especulaciones, rumores y presiones internas y externas, el presidente Rodríguez Zapatero anunció el pasado 29 de julio a las 12:45 h. en Madrid la fecha en la que se celebrarán las próximas elecciones generales en España, que en principio será el próximo 20 de noviembre.
Es llamativo que en la carta astral de este anuncio, la Luna, significadora del gobierno por ser regente del Medio Cielo, está vacía de curso, es decir, que ya no va a realizar más aspectos en lo que queda de recorrido en el signo de Cáncer, por lo que ya no hay soporte a iniciativas, tareas nuevas; la Luna, o el Gobierno, no puede hacer ya “nada” más que no sea terminar algunos asuntos pendientes hasta que no cambie de signo, es decir, de etapa: la convocatoria de elecciones y la nueva legislatura.
William Lilly dice en su manual de Astrología Horaria sobre la Luna vacía de curso que “la resolución de todo tipo de cuestiones resulta muy dificultosa (a menos que los principales significadores se encuentren fuertemente dignificados) (…) aunque algunas veces y, a pesar de estar vacía de curso, puede llegar a funcionar si se encuentra en el signo de Tauro, Cáncer, Sagitario o Piscis”. La Luna del anuncio está en Cáncer y angular, por lo que también guarda dignidad esencial y accidental, pero por otro lado, al vacío de curso de esta Luna podemos añadir algunas aflicciones graves más.
En este sentido, es revelador que la Luna se encuentra finalizando su fase menguante, a unos 17º de distancia del Sol, momento a partir del cual se considera a un planeta “bajo los rayos” del astro diurno, condición más debilitadora todavía para la Luna, cuya conjunción con el Sol (el ocultamiento de la Luna Nueva) supone la “muerte” simbólica. De hecho la siguiente Luna Nueva tuvo lugar al día siguiente del anuncio, el 30 de julio a las 20:39:47 CEDT. El último tramo de la fase menguante de la Luna simboliza lo que está acabando, lo que termina, análogo también a la situación del gobierno en el momento del anuncio, así como a la del propio presidente, que reveló que abandonaría la carrera política tras las elecciones.
La Luna también viene de hacer una cuadratura separativa (conflicto en pasado reciente) a Saturno, planeta análogo a la ideología conservadora que representa tanto a la parte de la población que se identifica con ella, más visible o fuerte por hallarse este planeta en Casa I (pueblo, nación), como a los grandes empresarios que recientemente constituyeron un lobby que inició su andadura precisamente pidiendo el adelanto de las elecciones generales. Por otro lado, Saturno también rige la V Casa en Acuario, asociada en Astrología Mundana a la Bolsa y la especulación, por lo que podríamos incluir a los famosos pero anónimos (Acuario) “mercados” en el frente representado por esta cuadratura, probable detonante del anuncio de elecciones anticipadas, cuando poco tiempo antes se había estado afirmando que se agotaría la legislatura. También es negativo que la Luna esté únicamente mal aspectada, lo que es señal de fuerte tensión y malestar, tanto para el gobierno como para el pueblo.
La entrada de Saturno en Libra en noviembre de 2009, en el signo de su exaltación (que le resulta muy favorable), ha supuesto la mejora de las expectativas electorales para los partidos conservadores (ahí tenemos también al Tea Party norteamericano dando guerra y anotándose tantos).
Es conocido en Astrología Tradicional que un planeta exaltado, como ahora Saturno en Libra, puede llegar a actuar con bastante prepotencia; es como el huésped que, aprovechándose de la hospitalidad de sus anfitriones, acaba apropiándose de la casa en la que ha sido tan bien recibido.
Volviendo al tema del anuncio, Mercurio (comunicación, prensa), aunque domiciliado, está lento y a punto de retrogradar, y para colmo en oposición partil a Neptuno, el planeta que desintegra lo que toca, significador de artificios y engaños. Venus, regente del Ascendente (nación, pueblo) está a cinco grados del Sol -y va todavía hacia la conjunción-, es decir, “combusta”, quemada… ¿Será por la indignación?
Recapitulando, cabe preguntarse si se mantendrá la fecha del 20-N para las elecciones generales, habiéndose efectuado el anuncio con la Luna vacía de curso y gravemente afligida y un Mercurio bajo sospecha, o si las malas condiciones en que se haya el luminar se limitan a representar muy adecuadamente al Gobierno socialista en esta etapa extremadamente crítica, tanto para la formación política como para el país, cuando ya nada constructivo se puede hacer hasta el cambio de etapa. Lo malo es que lo que le espera a la Luna al cambiar de signo (de etapa) es la combustión con el Sol, su muerte simbólica.