Margareth Thatcher ha fallecido hoy a los 87 años de edad. La combinación del Ascendente en Escorpio (dominación, extremismo) con Saturno (severidad, responsabilidad, función paternal) conjunto al ángulo, planeta que pudo extraer las cualidades más extremas del signo ascendente, quedó definida en el sobrenombre de la “dama de hierro”, metal asociado a Marte, regente de su Ascendente, aunque también podríamos añadir el plomo, metal tradicionalmente asignado a Saturno. Estemos de acuerdo o no con sus políticas, hay que reconocerle que las aplicó contra viento y marea sin temor a no resultar “simpática” o impopular. Y es que Saturno en el Ascendente no confiere precisamente esta cualidad.
¿Sorprende que se tratara de una librana? La señora Thatcher tenía el Sol, efectivamente, en el signo de Libra, atribuido a la paz y la diplomacia. No me cabe duda de que la tuvo que ejercer con persistencia puesto que no fue sencillo para ella ascender en su partido, siendo mujer y más en aquellos años, cuando ahora todavía es complicado. Pero en ese mismo signo, acompañando al Sol y Mercurio en Libra en la Casa XI (grupos de afinidad, amistades; casa afortunada) encontramos también a Marte, el planeta guerrero. Ello sugiere el siguiente panorama: destacar (Sol) o ‘mandar’ en un grupo (XI) a través de los pactos (Libra) o amistades importantes; imponerse (Marte) personalmente (Marte es el regente de su Ascendente y por lo tanto el representante directo de su persona, su cuerpo en acción) en un grupo de afinidad. Los resultados fueron ambivalentes. Por un lado consiguió ser la líder de su partido y gobernar el país; por otro, fue expulsada por sus propios compañeros durante la tercera legislatura de gobierno. Si el Sol está en ‘caída’ en Libra, Marte está en su exilio; ambas indignidades describen su fracaso final en el seno de su grupo político. Creo también que el Sol en Libra (pareja, matrimonio) señala la relevancia de su matrimonio para su ascenso político y social gracias a la posición acomodada de Denis Thatcher.
La debilidad del Sol y del regente personal Marte está apuntalada, sin embargo, por una esplendorosa Luna al final del signo de Leo, muy cerca del Medio Cielo, representando la convicción y entusiasmo (elemento Fuego) que supo llegar a despertar en el público. Como mujer, ella misma encarnó esa Luna triunfadora, situada en lo más alto de la carta, que está en conjunción con una de las principales estrellas fijas: Regulus, que promete elevación y honores, no exentos del peligro de caída final. Estos honores están representados, además de la jefatura de Gobierno, en la ‘elevación’ nobiliaria que recibió de la reina. Marte, además, ‘atiende’ a la Luna, haciendo de custodio o doríforo de la luminaria (aunque la carta es de secta contraria), lo que representa un equipo (Casa XI) que trabaja para ella, que la asiste en su trabajo y representación; señala, pues, de nuevo, el mando que ejerció.
Pero Regulus no es la única estrella relevante en su carta. Thatcher también reúne en su carta a Spica, estrella muy benéfica, en conjunción con Mercurio así como Vega, muy relacionada con la política, en conjunción con Júpiter en Casa II pero en el III signo, relacionado con comunicaciones y discursos. Margaret Roberts, “la hija del tendero”, fue la primera primera ministra de la Gran Bretaña y más tarde fue convertida en baronesa Thatcher por la reina Isabel. Extraordinario logro, teniendo en cuenta además la clase social que suele predominar en política, y más todavía al considerar que ella fue la líder del elitista y aristocrático partido ‘tory’ en una Gran Bretaña mucho más conservadora y clasista que la actual.
Los astrólogos helenísticos establecieron la importancia de los regentes de triplicidad -según el estado en el que se hallen- de la luminaria principal de la carta para determinar la relevancia social de una vida y son estos regentes los que dan la dimensión de la carta que tenemos entre manos. La luminaria principal de esta carta es el Sol por tratarse de una carta diurna. Está bien situado en una casa afortunada, la XI, aunque en el XII signo. A pesar del exilio en Libra, que podría explicar quizá las condiciones desventajosas de partida de la ex mandataria, tenemos que sus regentes de triplicidad son Saturno, Mercurio y Júpiter. El principal de todos ellos es Saturno por ser el primero. Lo hallamos en conjunción a uno de los dos principales ángulos. La angularidad es lo que principalmente determina su fortaleza. Otro factor a su favor es que asoma por el horizonte, lo que mejora su posición en carta diurna, porque además accede a su casa de gozo, la XII. Saturno en Escorpio está peregrino, lo cual es otra debilidad esencial, pero nos encontramos con que establece una favorable relación de ‘franqueza’ con otro planeta débil, Marte exiliado en Libra. Ambos intercambian sectores zodiacales en lo que no llega a ser una recepción mutua en sentido estricto, pero que sin duda ayudó a consolidar su posición: Saturno está en el domicilio de Marte y Marte en la exaltación de Saturno. ¡Menuda alianza de dos maléficos! Siguendo con Mercurio y Júpiter, aunque no están en su mejor situación esencial o accidental (combusto y en caída respectivamente), ambos están en conjunción con estrellas fijas poderosas, las que he mencionado más arriba.
Para rematar este panorama, tenemos otro factor de realce de esta carta. Saturno, el planeta más angular y por lo tanto influyente en ella, primer y principal regente de la triplicidad del Sol, resulta que está, como el Ascendente, en grados Avatar. Margaret Thatcher encarna, pues, para el colectivo, convirtiéndose en una figura histórica, ese Saturno en Escorpio y todos los atributos que ostenta el maléfico mayor en el signo: alcanzó el poder en una de las etapas más deprimidas de la nación, con la economía tocando fondo y desplegó políticas de recortes (Escorpio) y privatizaciones profundamente conservadoras (Saturno), con un estilo ciertamente autoritario (combinación entre Saturno y Marte, ambos secos). Disminuyó el déficit, pero creció también la pobreza (Saturno) para la base de la población. Para bien o para mal, puso en práctica o materializó las energías que en ese momento predominaban en el colectivo. Ella es un ejemplo personal del implacable funcionamiento de Saturno en Escorpio, muy vigente ahora puesto que es en ese signo donde se ubica estos años el planeta.
Ella personalmente fue conocida como una persona austera y frugal (Saturno). Físicamente Saturno la marcó con un físico poco agraciado, aunque serio, con aura de poder; se ha llegado a hablar incluso de un cierto sex appeal vinculado a su temperamento autoritario que sin duda tuvo que ver con el Ascendente Escorpio. Venus también está en la I Casa pero ella no fue representativa de la belleza que se atribuye al planeta. Y es que Venus está en la I Casa y por lo tanto marca su físico, pero se halla en el II signo. ¿Cómo se combina esto? Con un embellecimiento que tiene que ver con un añadido, algo adquirido, una posesión (II signo): peinado, vestuario y joyas, tan importantes para ella.
La políticas thatcherianas de desactivación de lo público está en concordancia con una frase suya que resume uno de sus principales puntales ideológicos: “La sociedad no existe“. La sequedad de Saturno y de Marte, los dos planetas que, combinados, rigieron su vida, fomenta precisamente la separación, el individualismo y la ausencia de compasión, actitud que necesita la cooperación de la cualidad contraria a la sequedad: la humedad. Fomentó, pues, el más acerbo individualismo, un factor determinante para demoler la conciencia colectiva y de clase y por lo tanto, la fuerza sindical. El protagonismo de Marte nos recuerda que también fue la impulsora de la guerra de las Malvinas. Paradójicamente, su mensaje no fue realmente único ni independiente porque al fin y al cabo promovió políticas que también se fomentaron al otro lado del océano en las sucesivas presidencias de Reagan, gran impulsor junto a Thatcher de la desregulación de los mercados financieros. Es decir, que siguió unas directrices que en realidad comenzaban a extenderse en los 80 en todos los países ‘avanzados’; ¿de dónde partieron, en realidad, dichas directrices? Su primera llegada a Downing Street la ganó con las elecciones del 4 de mayo de 1979, con el Sol también en grados Avatar (grados señalados en prácticamente todos los acontecimientos que verdaderamente marcan época) y en el signo de Tauro, tradicionalmente asignado a la banca y al poder económico.
Marte es también el regente de la Casa V, la de los hijos. Margaret y Denis tuvieron dos mellizos, niño y niña, y es sabido que fue el niño, el primero en nacer, el favorito de la madre. El querido Mark parece muy bien representado por este Marte -con quien incluso comparte la primera sílaba ‘Mar’- puesto que se ha visto involucrado en el pasado en la financiación de un intento de golpe de Estado en Guinea Ecuatorial. El dinero amasado tras el ascenso al poder de su madre y sin duda los poderosos contactos de la ex premier le ayudaron a eludir la prisión, aunque parece que el asunto todavía no está aclarado del todo.
Sin tiempo para profundizar más en este punto, el Nodo Sur de la Luna, que es el nodo ‘sin cabeza’ en la Casa III del pensamiento concreto me sugiere la enfermedad senil al final de su vida, porque además el nodo se halla en el IV signo, el de los finales. Saturno es regente de la III e indica su gran inteligencia y rendimiento académico, que además propiciaron su carrera puesto que su brillantez le permitió alcanzar la Universidad de Oxford. Marte, también almuten de esta casa, más débil, pondría la contrapartida de una comunicación algo brusca, dañina en definitiva también para ella así como el apuntalamiento de la enfermedad mental posterior. El eclipse prenatal está también en esta casa.
La muerte por infarto cerebral parece estar marcada por el tránsito de Urano en oposición a su Marte, que ya hemos visto que es su regente natal (y almuten de la carta) y uno de los regentes de la III, casa de los procesos mentales y que también se relaciona por ello con el cerebro. La muerte se ha producido repentina y bruscamente, como todo lo que trae Urano. Este planeta se halla en la IV Casa natal, apuntando ya un final rápido. La Luna en Piscis transitaba sobre este Urano esta misma mañana. Pero un tránsito de un planeta exterior no puede traer nunca la muerte si no está reforzado por otros elementos, como por ejemplo una dirección. Por ejemplo, su Ascendente dirigido por arco solar cuadraba Saturno, uno de los planetas ‘matadores’ y al mismo tiempo se hallaba muy cercano al eclipse prenatal en III.
Aún nos quedaba una estrella por desvelar: Fomalhaut, una de las cuatro estrellas reales de Persia, grupo del que forma parte Regulus, también presente en esta carta con la Luna. Fomalhaut se halla justo en la cúspide de la Casa IV, la del hogar, familia paterna, ancestros, pero también el final de la vida y la tumba. Es de esperar que la hija del tendero tenga un funeral y enterramiento digno de esta estrella.