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La Astrología es una antiquísima ciencia que se ejercita como un arte porque depende de la traducción que haga el intérprete -el artista– de los símbolos que se despliegan y relacionan en el gráfico astral. L@s conocedor@s sabéis que las combinaciones y variables resultantes son inmensas y que la dificultad muchas veces radica en qué información debe quedar descartada.

Desde esta premisa, este blog está dedicado al análisis y comprensión de vidas y acontecimientos a través de la Astrología Tradicional occidental. Eso supone que me baso principalmente en el conocimiento astrológico antiguo, es decir, el recopilado y desde el medievo hasta el siglo XVII aproximadamente, con elementos que voy incorporando de Astrología Helenística. Así, tomo en consideración principalmente los siete “planetas” clásicos y los aspectos mayores. De todos modos, considero útil incluir en la interpretación algunas técnicas modernas como los puntos medios así como los tres planetas situados más allá de Saturno.

Por mi parte, quiero contribuir a que la Astrología siga viva, vigente y digna. Quizá por eso he ideado este nombre, Astroglifos:  “glifos” procede de una palabra griega que significa “tallar”. Así expreso mi deseo de que este arte perdure, como los primitivos grabados de los astros en la piedra.

Creo que la Astrología necesita defensa en estos tiempos, para lo que hace falta sentido crítico y discriminación que hay que aplicar en la práctica y también en el proceso de aprendizaje, al ser éste un conocimiento no regulado y por ello sensible a tergiversaciones y malentendidos, aunque también es receptor de múltiples y maravillosas aportaciones y, sobre todo, libre.

Para mí, el proceso de aprendizaje y práctica de la Astrología es también el del descubrimiento del mundo, pero no el mundo moderno de la ciencia “oficial”, carente de sentido, sino otro del que no nos hablan, gobernado por el orden cósmico, que hay que entender en clave de filosofía tradicional. Atisbar ese orden a través de la “ciencia de los astros” puede llegar a ser una vía -otra más- hacia lo sagrado; así ha sido para mí. Ese descubrimiento incluye entrever la relación profunda que existe entre los diversos saberes y creo que la Astrología supone un verdadero puente interdisciplinar entre ellos.

Pero como no existe conocimiento ni aprendizaje sin emoción, sin afecto, quiero declarar que, durante más de veinte años, la Astrología ha sido mi mejor entretenimiento, analgésico y consejera en el largo, humano y atávico peregrinaje al centro del laberinto.