En Astrología tradicional no hay nada arbitrario. Los signos son asignados a sus regentes según el orden de los planetas en el sistema solar. Los planetas “son” en relación a las luminarias y según su posición y distancia, escenifican su “bondad” o “maldad”, es decir, su amistad o enemistad con el Sol y la Luna, los reyes de la creación. De este esquema procede también el sentido de los aspectos.